Estados de ánimo

Aunque no soy un gran fan de Jorge Valdano, tengo que reconocer que el técnico argentino dejó algunas perlas en forma de esas citas que tanto me gustan. Una de ellas, el fútbol es un estado de ánimo, es una de las que mejor define aquello intangible, la aureola que rodea a un equipo y que a veces es mucho más influyente que su presupuesto, sus fichajes o su entrenador.

A menudo tengo la sensación que los aficionados y parte de la prensa viven en una ‘cultura futbolística del PCFutbol‘. Es decir, que un jugador de una media de 90 de calidad es el doble de bueno que uno de 45 o que, un jugador que cuesta 12 millones, tiene que rendir el doble que uno que cuesta seis. A menudo nos olvidamos que los futbolistas, con todos sus millones, sus cochazos y sus ligues, son personas como nosotros y que tienen malos días, dolores de muelas o desengaños amorosos y todo esto influye en su rendimiento.

La suma de todos los jugadores confluye para formar el estado anímico de un equipo, que a veces es tanto o más importante que el resto de factores. Hay alguien que dude que el Real Madrid se llevó la última Liga por ilusión y coraje, más que por calidad futbolística o propuesta de juego? Toda esta introducción viene a cuento porque sólo a través de estos estados anímicos se puede explicar la situación actual de algunos equipos europeos y españoles. Cómo puede ser que el Milan, que pasó como un rodillo por encima del Sevilla en la Supercopa de Europa, ayer sufriera para empatar en casa con el Catania, esté undécimo en la clasificación y el Inter le lleve siete puntos de ventaja? Y el Chelsea, otrora candidato firme a la victoria en todos los partidos de la Premier y ahora incapaz de doblegar al Fulham en Stamford Bridge (0-0), octavo en la Liga a siete puntos de un Arsenal que tiene un partido menos?

Sevilla y Madrid, dos casos inversos

En España hay ahora mismo dos casos aún más dignos de este análisis, porque su estado anímico es actualmente mucho más revelador que su táctica, estilo de juego o las rotaciones: el Sevilla y el Real Madrid. Hace unos días escribí un post preguntándome cuál era el techo del Sevilla. Era justo antes del partido de la Champions y tras haber humillado a todo un Madrid en la Supercopa de España y haber goleado en sus dos primeros partidos de Liga. Curiosamente, los de Juande Ramos encajaron un estrepitoso 3-0 ante el Arsenal y a partir de ahí empezaron a zozobrar. Yo creo, sin embargo, que los temblores vienen de un poco antes, de la Supercopa ante el Milan.

El Sevilla y el sevillismo han vivido los dos últimos años en una nube: todo empezó con una UEFA ganada de manera espectacular ante el Middlesbrough y a partir de ahí ya sabemos la historia. Títulos y más títulos, el equipo primero en el ránking de clubes europeos y su presidente proclamando al equipo como el mejor del mundo. Desde el mismo Sevilla no se supo gestionar tanta ilusión y alegría y se generó el espejismo de que el equipo era invencible, algo que a los aficionados del FC Barcelona también nos suena, y mucho. Tal como le pasó al Barcelona un año antes, el revés del Milán en Mónaco, remontando un 0-1 y ganando de manera incontestable por 3-1, ha supuesto el primer aviso para los del Nervión. El segundo se lo dio el Arsenal y el tercero, el Barcelona en el Nou Camp. El Sevilla parece haber perdido ese espíritu combativo que le hacía rendir por encima de sus posibilidades, que le llevaba en volandas junto a su afición, y corre el peligro de perder esa tremenda confianza que le hacía salir airoso de las situaciones más complicadas. Ahora ya las rotaciones de Juande no funcionan, los regates de Navas no acaban de salir y las ocasiones claras no entran. Eso es lo que le pasó al Sevilla en Zaragoza, dónde encajó un injusto 2-0 tras disponer de un caudal de oportunidades.

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Pero, para ocasiones, las del Getafe ante el Real Madrid, un equipo digno de estudio. Ya expliqué en un post anterior que el de Bernd Schuster es ahora el único equipo de Europa capaz de salir airoso de un partido en el que juega tan mal y se ve tan absolutamente dominado por el rival. Y no lo digo en plan de crítica, al contrario. Resulta increíble que un equipo que está tan desdibujado no se descomponga y siga metido en el partido, esperando a dar un zarpazo en el momento preciso, como fue el gol de Sergio Ramos. La jugada, aunque en fuera de juego, ilustra a la perfección lo que es el Madrid hoy en día, un equipo que juega a rachas y más por empuje que por calidad, sistema táctico o propuesta futbolística. A los blancos les sigue faltando capacidad de creación, la defensa pierde entereza con Marcelo y Torres en los laterales y los centrales alternan aciertos con errores estrepitosos, pero han ganado cinco partidos y han empatado uno. Ya caerán, dicen muchos, pero lo mismo se decía la temporada pasada y aguantaron hasta el final. Evidentemente, semejante victoria del Madrid no sería posible sin tener en la portería a Iker Casillas, uno de los tres mejores guardametas del mundo con permiso de Buffon (Juventus) y Petr Cech (Chelsea). El madrileño no es mediático, no se encara con los aficionados rivales y no viste a la última, pero sus paradas ayer evitaron una goleada que hubiera provocado un alud de críticas ante el pobre juego de los blancos.

1930058639.jpgEl Madrid respondió con eficacia y poca brillantez a la goleada del FC Barcelona en el campo del Levante. Otro ejemplo más de los estados anímicos y de como influye en un delantero su relación con el gol: Henry abrió el marcador con un tanto que marcamos todos los que leemos este blog, pero que le sirvió para liberarse y anotar un hat trick. La victoria, sin embargo, se ha cobrado un peaje muy caro para los azulgrana, puesto que Yaya Touré, el mejor jugador junto a Leo Messi e Iniesta en este inicio de temporada, se ha lesionado para cuatro semanas. Mala noticia para Rijkaard y los aficionados, que ya volvemos a hacer cábalas sobre jugar con los tres pequeños en el centro del campo o adelantar la posición de Márquez. Y menos mal que Milito no tiene (o no parece) nada grave. Ya es mala suerte que, justo cuando el Barça está demostrando una solidez defensiva que hacía años que no tenía, se le lesionen dos de los tres vértices de ese triangulo de las bermudas que forman Milito, Touré y Abidal.

El Valencia y el Atlético vienen fuertes

Del resto de la Liga? El Villarreal se ha colgado el cartel de revelación muy pronto y no creo que aguante arriba, aunque tiene un equipo con calidad. Cuidado con el Valencia. Sigue con su estilo ‘industrial’, poco brillante pero eficaz, y además cuenta con una plantilla muy compensada y, probablemente, con el mejor banquillo de Primera. Quique Sánchez Flores tenía ayer a su lado a nombres como Manuel Fernandes, Morientes, Arizmendi, Zigic, Joaquín o Marchena. Mucha gasolina para un viaje tan largo. Y el Atlético? Pues que sigue ganando y yo defiendo que tiene un equipo con pegada y calidad suficiente para pelear por la Champions. Lo que pasa es que es el ‘Atleti’ y en los últimos años las ha hecho tan grandes que necesita más que un buen inicio y un par de victorias para ganarse el crédito.

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