Muchas son las noticias que se han publicado sobre la llamada ‘guerra del fútbol’, pero pocas son ecuánimes, inteligibles y ponen todo el conflicto en perspectiva. La pugna de dos grandes grupos mediáticos ha provocado que el encontronazo sea pintado desde ópticas diametralmente distintas, según en qué medios se explique. Eso, además de provocar una gran confusión en el ciudadano de a pie, conlleva un descrédito para el periodismo en general, puesto que aquí sí que la noticia está desprovista de todo tipo de objetividad y su único fin es desacreditar a la otra parte y presentar a los suyos como a los buenos. Como la propaganda militar, vaya. Me gustaría, pues, dar mi visión sobre el conflicto de un modo lo más neutral, inteligible y simple posible, dadas las circunstancias.
La actual ‘guerra del fútbol’ es un conflicto que viene de lejos y que ha acabado explotando con toda su crudeza ahora. El nombre clave es Jaume Roures, un abogado que se metió en el fútbol de la mano de Johan Cruyff, que anteriormente estaba en Audiovisual Sport y que es una de las personas que más entienden de derechos de televisión yo diría que de Europa. Su paso a la presidencia de la recién nacida Mediapro provocó que esta productora fuera haciéndose cada vez con más derechos deportivos, en detrimento de Digital + que durante años ha sido quien ha movido el cotarro en España. La aparición de La Sexta y su apuesta por los deportes acabó de desestabilizar a Audiovisual Sport, que vio como el nuevo canal se ha ido haciendo con parte de los derechos del Mundial, de la Liga de fútbol, del Mundial de Básquet, la Fórmula 1…
La relación de fuerzas iba cambiando y vivió uno de sus puntos álgidos a finales de este verano, cuando La Sexta no le sirvió a Cuatro imágenes de un resúmen del Europeo de Básquet de España, porque «no las necesitaba hasta el día siguiente«. Por entonces ya se estaba en plena discusión sobre la actual explotación de los partidos de Liga. El quid de la cuestión es que Mediapro tiene todos los ases en la manga, puesto que dentro de dos años controlará los 20 equipos de Primera División y la mayoría de Segunda, con lo cual será ella la que dictará las pautas del modelo televisivo respecto al fútbol.
Qué pasa actualmente? Pues que Mediapro controla los derechos de 8 equipos y AVS, el de 12, con lo cual se trató de llegar a un acuerdo global que se basaba en varios partidos de pago a las ocho de la tarde del sábado, uno en abierto a las 10, para las Autonómicas y la Sexta, y en domingo, un partido en abierto por el Plus y el resto a las 5 y las 7, sin solapar Barça y Madrid para obtener mayores ingresos por pago por visión. Rotas las relaciones e iniciadas las hostilidades, cada operador ha tirado por el camino recto y ha hecho lo que ha querido cuando dos equipos de ‘su’ propiedad se enfrentaban, aunque ello perjudicara al otro operador. Es algo legal, pero insostenible dentro de un punto de vista global, pueso que hay partidos entre equipos de unos y de otros, en los que ahí no está nada claro lo que debe hacerse, aunque se suele mirar quién juega en casa.
La LFP, harta de la actitud de AVS
A este cambio de relación de fuerzas ayudan dos factores más: el año que viene Mediapro ya tendrá 12 equipos en cartera y el tercer actor en liza, La Liga de Fútbol Profesional (LFP), está del lado de Mediapro. Teóricamente, los dirigentes de la Liga deberían permanecer neutrales a todo el conflicto, pero a la práctica, cansados por el despotismo que ha tenido Audiovisual Sport durante los últimos 10 años, se están dedicando a hacerle la puñeta. Qué AVS pide en abierto el sábado el Villarreal – Barcelona? Pues nosotros fijamos el Espanyol – Real Madrid para esa hora. Es por eso que AVS vendió los derechos del partido a Tele5, quién emitió por primera vez un encuentro de Liga en sus 18 años de historia, simplemente para fastidiar a La Sexta y, según me han asegurado, a un precio casi regalado y por debajo de mercado.
Dentro de todo esta comedia aún hay muchos más actores, más pequeños, que son los que están recibiendo por todos lados. Me explicaba hace poco Paco Escribano, el director de TV3, que el canal catalán tiene el 20% de las acciones de AVS y que, por estatutos, la sociedad precisa de un apoyo del 85% de su accionariado para tomar las decisiones, con lo que TV3 podria vetar teóricamente la venta de ese partido a Tele5. Pero AVS ha tirado por el camino recto y a nosotros ya hace tiempo que nadie nos consulta, aseguraba.
Es una muestra más de la senda salvaje que ha tomado este conflicto, con sentencias judiciales de por medio que no os he querido añadir al artículo, puesto que nadie está cumpliendo con la legalidad, algo que dice muy poco del sistema judicial estatal. El resúmen que yo haría es que AVS se ha desquiciado viendo que ha perdido parte de la Champions, los mundiales y va a perder la Liga, mientras que Mediapro se ha cansado de las imposiciones de su ‘rival’ y sienténdose fuerte por poseer los derechos futuros de los equipos y el apoyo de la LFP, le ha echado un pulso. El problema es que ahora se ha llegado a un punto en que creo que ya no hay voluntad de arreglar nada y se va sencillamente a fastidiar al otro, con lo que esto tiene pocos visos de arreglarse. A nosotros nos venden que con esto sale ganando el espectador, pero yo tengo claro que aquí los únicos que ganan son ellos y, mientras tanto, nosotros tenemos que volvernos locos para saber a qué día y hora va a jugar nuestro equipo y tratando de hacernos un hueco en nuestra agenda para asistir al campo.