«Sitios como éste son el alma del fútbol británico, con todo este público gritando ‘que te jodan Mourinho’ y estas cosas…»
– José Mourinho, sobre el público de Bramall Lane cuando era entrenador del Chelsea
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La portentosa exhibición de Messi la temporada passada sirvió para maquillar el clásico, pero a muy pocos se les escapó la sensación de impotencia, de ir siempre a remolque y de poco fuelle que el FC Barcelona dio ante el Real Madrid. Ya defendí hace poco en un post sobre los Barça-Madrid que a mi sí que me parecen algo más que un simple partido y que, visto en perspectiva, muchas veces han dado pistas de cambios de ciclo a más gran abasto en el futuro. Si esto es cierto, y creo que en la mayoría de las veces así es, ha llegado el momento que el Barcelona vuelva a darle la vuelta a la tortilla y coger la sartén por el mango.
Si el Real Madrid se ha mostrado razonablemente entero hasta el momento ha sido en parte por los traspiés que ha ido dando el FC Barcelona en la Liga. Ahora bien, una victoria el domingo permitiría a los azulgrana cerrar el año a sólo un punto del Madrid y reafirmar la recuperación, moral y física, que ha mostrado en los últimos partidos. La empresa se antoja complicada por la baja de Messi y porque los blancos son un equipo que no necesitan jugar especialmente bien para sacar rendimiento en forma de puntos, pero el 23 de diciembre debe marcar un punto de inflexión en esta Liga.
Los puntos a favor de los azulgrana son su trayectoria inmaculada hasta el momento en casa (10 de 10), un público que se transforma y aprieta como nunca en este tipo de duelos y una defensa sólida, no tan endeble como la que dejaron en evidencia Guti y Van Nistelrooy el año pasado. La baja de Leo Messi, obviamente, es un handicap para los de Frank Rijkaard, pero creo que el técnico aún puede contar con un centro del campo sólido, formado por Deco, Touré y Xavi, y una delantera peligrosa, con Iniesta, Ronaldinho y Eto’o.
Sobre el camerunés tengo que confesar que no es es santo de mi devoción por su personalidad, pero reconozco que su aportación al equipo es fundamental. Un conjunto que toca y toca necesita de su mordiente, de la punta de lanza afilada, de su mala leche, para hacer daño. Así, un equipo peligroso se convierte en letal. Eto’o tiene raza y aporta en mi opinión tres cosas fundamentales: gol, presión y profundidad. Lo primero está de más comentarlo y lo segundo lo tiene claro mucha gente: Eto’o es el primer defensor, dificulta la salida del balón del rival desde la defensa y a veces incluso ‘estira’ a Ronnie y a Messi, más acomodados, a presionar. Lo tercero es lo que menos gente ve: Eto’o, al contrario que Henry, Gudjohnsen (cuando jugaba en punta) o Ronaldinho (cuando permuta su posición) no tiende a recibir de espaldas a la portería, sino que rompe hacia adelante y empuja a la defensa hacia su área, ganando profundidad en ataque y abriendo espacios para los centrocampistas.
Con todo, y pese a que todo el mundo da al Barça como claro favorito, yo creo que no va a ser un partido nada fácil. Conociendo a Bernd Schuster y viendo la diferencia en la clasificación, creo que el Madrid va a conformarse con un punto y no va a arriesgar lo más mínimo, lo cual no quita que no vaya a morder al más mínimo despiste de la zaga azulgrana. El Barça deberá estar muy concentrado y evitar pérdidas de balones innecesarias en el centro del campo. Vuestros pronósticos? El mío es un 2-1.
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Dentro de siete día saldremos de dudas, pero hasta entonces uno de los temas preferidos entre los aficionados azulgrana es debatir cuál es el rival más idóneo para los octavos de final de la Champions. Yo tras mucho meditarlo, me gustaría sinceramente que nos emparejaran con el Arsenal. En primer lugar, por una cuestión meramente personal, de afición hacia el club londinense y porque sería una excusa inmejorable para presenciar un partido en el campo de los ‘gunners’. En el aspecto deportivo, creo que sería un partidazo, entre dos equipos que tratan bién la pelota y que tienen jugadores de mucha calidad. Por qué el Arsenal y no otros? Muy sencillo, porque es el único equipo que no sabe ni puede encerrarse atrás, ni por filosofía ni por jugadores. Tiene mucha calidad y es peligroso a la contra por la velocidad de jugadores como Adebayor, Van Persie, Hleb o Rosicky, pero el Barcelona tiene aún más calidad y mucha más experiencia, puesto que el punto débil del conjunto de Arséne Wénger es su juventud.
Otro de los factores que juega a favor del Arsenal es que es un ‘grande’ de Europa y el Barcelona debería salir con cuidado al campo. Que al conjunto azulgrana le tocara algún rival como como Fenerbahce, Olympiacos, Schalke o Celtic significaría que automáticamente flotara en el ambiente la sensación de ‘ya estamos clasificados’ y son partidos con trampa. Los griegos, porque en primer lugar implica un duelo complicadísimo en un ambiente muy hostil. Son, además, dos equipos lógicamente inferiores al Barça, pero con más calidad de la que se puede presuponer a simple vista en conjuntos de este tipo. Baste ver que el Olympiacos ha dejado fuera a Werder Bremen y Lazio y tuvo contra las cuerdas al Madrid.
Al Celtic no quiero verlo ni en pintura porque al Barça no se le dan bien los escoceses y porque éstos sí que no van a tener ningún problema en plantar dos autobuses en su campo y plantear un partido futbolísticamente detestable. Tres cuartos de lo mismo me pasa con el Liverpool. Tengo la sensación que si se vuelven a cruzar esta vez el FC Barcelona lo va a eliminar, porque ya ha aprendido de la lección del año pasado, porque tiene más argumentos y porque los ‘reds’ no andan finos, pero si precisamente hay un equipo y un entrenador capaces de eliminar al Barça haciendo poco éste es precisamente el Liverpool.
Quedan la Roma y el Schalke 04, que no sería una mala opción. Los italianos son obviamente un rival complicado, con buenos jugadores, con la competitiva mentalidad italiana y con una buena mezcla de calidad, fuerza y experiencia que le convierte en un rival que mejor que evites, pero futbolísticamente sería una atractiva e interesante eliminatoria. Además, tampoco me importaría viajar a Roma y presenciar un partido en Italia, donde nunca he visto ningún encuentro. Y vosotros? Cuáles son vuestras preferencias y porqué?
– David Beckham (cuando jugaba en el Manchester). Icono sexual y futbolista
Una de las pocas veces que he logrado ver programas com ‘El Rondo’ escuché horrorizado a uno de los tertulianos (omitiré el nombre por compasión) sentenciar que él de los laterales no hablaba porque no contaban para nada en un equipo, da igual quién juegue. Por suerte, había un entrenador en el programa que entiende algo de fútbol y le sacó de su error, aunque con mucha más calma y sensatez de lo que merecería una frase tan disparatada.
En un fútbol tan físico y táctico com el que se juega ahora, en el que el campo se reduce, los equipos basculan bien (como el Depor) y los rivales están tan estudiados que saben a ciencia cierta a quién se debe tapar para que no haya salida de balón, la aportación de estos teóricos defensas resulta clave. Ante el Deportivo, sin ir más lejos, muchos periodistas coincidimos en que la verdadera clave del triunfo del Barça radicó en el buen partido de Silvinho y en el cambio de Deco por Zambrotta, que acabó con Puyol en el carril.
Ya dije en el post anterior que intuyo que la opción preferida por Rijkaard cuando todo el mundo esté bién va a ser Abidal por la izquierda y Puyol por la derecha. Ambos son obviamente buenos defensivamente, pero ciertamente limitados en el aspecto ofensivo. El de la Pobla, que empezó jugando de extremo en el Barça B y fue retrasando su posición, aún conserva algunos golpes escondidos en el uno contra uno, pero centra así así y a veces parece jugar demasiado acelerado. En cuanto al galo, a mi Abidal me da la sensación que tiene más en sus botas, pero sencillamente no se atreve a subir y prefiere guardar su posición. Zambrotta ha ido de más a menos y su aportación al Barça cada vez es más nula. Defensivamente siempre ha estado bien, pero ofensivamente ha aportado poco o nada, con centros calamitosos, y en los últimos partidos incluso ha sufrido lagunas en el aspecto defensivo. En cuanto a Silvinho, me parece un gran lateral, aunque ya veterano y un tanto endeble defensivamente ante extremos complicados. Con todo, cumple en esta función, es atrevido subiendo, tiene técnica, centra con criterio y mejora, en mucho, a Ronaldinho, con el que parece tener una conexión extrasensorial. Es espectacular ver el entendimiento entre ambos jugadores en la banda izquierda, en la que a veces se lanzan pases sin mirar y cuando el otro aún no ha empezado la acción. Oleguer, por último, es un defensa que puede cumpliur en momentos determinados, pero a veces también padece graves lagunas defensivas y es horrendo centrando.
En resúmen, el Barça tiene cuatro laterales muy defensivos y justos ofensivamente y uno, Silvio Mendes, un poco más atacante. Veredicto? Elección descompensada, sobretodo para un equipo que muchas veces precisa de la ayuda de los laterales para horadar una defensa cerrada. La campaña pasada, el Barcelona contaba con otros recursos en este aspecto, como un vilipendiado Belletti, del que pocos recuerdan que dio la Copa de Europa de París, o Gio, un jugador defensivo, pero también con buenos recursos defensivos. Tras la debacle del año pasado, se buscó un equipo más físico y con músculo y Rijkaard acabó de blindar a sus laterales, pero por contrapartida el equipo perdió recursos ofensivos y llegada por banda.
Una vez Jorge Valdano definió uno de sus equipos como una manta demasiado corta, en el sentido que si tirabas de un lado para taparte la cabeza, se te destapaban los pies. En el caso del Barça, la analogía es la siguiente: queremos laterales defensivos y mantener la buena línea atrás que ha llevado al equipo a ser el menos goleado de Primera? O bien buscamos laterales con llegada que aporten todavía más recursos ofensivos a un equipo bien surtido de ellos? Puestos a elegir, lo ideal sería jugadores que mezclaran estas dos virtudes y en este sentido hay pocos o casi nadie en el mundo como Daniel Alves, a mi entender el lateral idóneo para el FC Barcelona. Y lo digo ahora, que no está cuajando una buena temporada en el Sevilla, porque precisamente ahora es el momento de ir a buscar a un futbolista de sus características y no te pidan la luna. Lo que está claro es que para la temporada que viene, y viendo la edad de Silvinho, el Barça deberá incorporar a su nómina de laterales a alguien con capacidad de desequilibrio y de centro, si no quiere descompensar aún más esta posición.
Un año y 27 días después, el FC Barcelona por fin logró remontar un partido en el que empezó perdiendo. Fue con mucho sufrimiento, en casa, y echando mano de toda su artillería, pero por lo menos puso fin a un registro sonrojante y no concedió una ventaja al Real Madrid que se hubiera antojado excesiva, máxime cuando dentro de seis días hay que rendir visita al siempre complicado Valencia.
Pocos escenarios se me antojan tan favorables para un equipo visitante, que viene a encerrarse al Camp Nou, como marcar un 0-1 a los 3 minutos de juego. El partido estaba peligroso, muy peligroso, con un Deportivo encerradísimo, perdiendo tiempo y encontrándose con buenas opciones para salir a la contra, que casi nunca aprovechó. Para mi ese fue el gran error de los de Lotina, que se conformaron con el 0-1 y no intentaron hacer más daño al Barça cuando jugaba sobre terreno resbaladizo. Tal como explicaba Sergi Solé en un reportaje en el Mundo Deportivo, los azulgrana han marcado en los últimos 50 partidos que han jugado como locales, así que intentar salir del Nou Camp con la portería a cero se me antoja utópico. Los coruñeses se lo jugaron todo a esta carta y perdieron, por bien que es cierto que hasta el 1-1 aguantaron sin grandes apuros en la portería de Munúa.
El Barcelona lo pasó mal en la primera mitad porque fue poco preciso con el balón, que tardaba mucho en llegar de un lado al otro y los extremos recibían con uno hombre encima, otro ayudando e incluso un tercero, en el caso de Messi, cerrando cualquier salida del argentino. En el centro del campo había una tremenda aglomeración de gente, por lo que Iniesta y Xavi estaban muy tapados, y en los laterales sólo Silvinho se atrevía a subir. Curioso el caso de Zambrotta, que llegó con un gran cartel tras el Mundial del 2006 y o bien ha demostrado estar sobrevalorado o bien tiene la cabeza ya en regresar a su país. Sea como sea, ayer quedó claro la importancia de los laterales cuando un equipo te juega tan cerrado, puesto que son los únicos que pueden estirar al rival y sorprender en alguna incursión. Silvinho lo hizo en el penalti que supuso el 1-1 y Puyol, que sin ser un mago con el balón es más atrevido que Zambrotta, en el 2-1 que remachó Xavi a placer.
El Barcelona no estuvo brillante ayer, pero dejó lecturas positivas. Supo remontar un partido que se había complicado sobremanera y lo hizo con paciencia, sin volverse loco, y con mucha solidez defensiva, en otro alarde de Gaby Milito y un buen partido de Márquez. Recuperó, además, dos pesos pesados en este equipo, como son Eto’o y Deco. Al camerunés lo vi sin la chispa de otros partidos, pero sorprendentemente bien para un jugador que ha estado tres meses sin jugar. Además, presionó como siempre y a veces estiró a Ronnie y a Messi, tradicionalmente más apáticos en estas lides. Sobre Deco, poca cosa puedo decir aparte que es un fuera de serie. Ni adaptación ni narices. Salió por Zambrotta (esta vez sí que Rijkaard acertó con los cambios) y desequilibró por completo el duelo. Aunque algo falto de ritmo por la lesión, técnicamente es soberbio y su juego corto y rápido es capaz de desequilibrar cualquier línea defensiva.
La lectura que me queda del partido es que me muero de ganas de ver al fin el Barça que se había diseñado originalmente, con Puyol, Márquez, Milito y Abidal en defensa, Touré, Iniesta y Deco, en el centro del campo, y Ronaldinho, Eto’o y Messi, en punta.
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El Barcelona empató en Montjuïc y el Madrid se distanció a cuatro puntos, volviendo a instalarse entre muchos aficionados el desasosiego o incluso el pesimismo sobre el futuro del equipo azulgrana. Otros muchos, entre los que me incluyo, están anclados en el desconcierto que genera un equipo que tiene unos argumentos futbolísticos y unos números prometedores, pero que no acaba de explotarlos en el campo.
De entrada, un punto en el feudo del Espanyol, un equipo que está arriba en la clasificación por méritos propios, que es muy incómodo, que se multiplica ante el FC Barcelona y que el año pasado ya le amargó la Liga por partida doble no es un mal resultado. Otra cosa es que ganando desde los primeros minutos se deje escapar una nueva victoria, que ya vayamos por los dos meses sin ganar fuera y que este resultado refuerce la sensación de que los azulgrana no son un equipo fiable lejos del Camp Nou. El Barcelona está instalado en una media inglesa perfecta: ha ganado todo lo de casa y ha sumado siete puntos en siete partidos fuera, unos números que te aseguraban títulos cuando las victorias valían dos puntos, pero no ahora.
La pregunta ahora mismo es si el Barça podrá salir de esta dinámica o, como pasó la temporada pasada, volverá a ser víctima de su autocomplacencia y falta de carácter. Y la verdad es que, aunque sigo instalado en la incertidumbre y acostumbro a tener una visión bastante crítica, tengo que confesar que veo rayos de sol entre las nubes que cubren el cielo del Nou Camp. En primer lugar, un dato revelador: desde el domingo el FC Barcelona es el equipo menos goleado de Primera División. Pese a jugar un 4-3-3, pese a ser un equipo tradicionalmente ofensivo y que marca muchos goles, Víctor Valdés ha encajado apenas 11 goles en los 14 partidos de Liga y dos más en los cinco partidos de Champions. Este dato confirma el post llamado El ‘búnker team’ que publiqué tras apenas tres jornadas de Liga, en el que destacaba la fortaleza defensiva de este equipo y el acierto total y rotundo en los fichajes de Yaya Touré, Abidal y, especialmente, Gaby Milito, un central como la copa de un pino. La buena dinámica defensiva se mantiene mientras no acercamos al ecuador de la temporada y es un dato esperanzador de cara al futuro: es evidente que este equipo tiene gol, así que si encaja pocos, por narices tiene que ir para arriba.
El segundo rayo de luz viene derivado de la inminente reaparición de Deco y Eto’o, dos jugadores que por si solos no cambian la dinámica de un equipo, pero que integrados en un bloque que funciona más o menos bien pueden marcar las diferencias. A veces, la separación entre una victoria o una derrota, más allá de los sesudos análisis que nos gusta hacer a los periodistas, redica en un disparo bien dirigido, en un robo de balón en el centro del campo o en una acción individual de un delantero. Parece claro que Rijkaard ya tiene su línea defensiva (Abidal, Puyol, Milito y Zambrotta o Márquez), que en el centro del campo Touré y Xavi son intocables y que arriba Iniesta ha desplazado a Ronaldinho del carril izquierdo y Messi se sale por la derecha. Si a éstos les añadimos la polivalencia, fuerza y carácter de Deco y el espíritu, el gol y la velocidad de Eto’o tenemos un once muy competitivo y peligroso para afrontar el último tramo de la Liga.
Es un cambio casi imperceptible, pero notable. Frank Rijkaard ha dejado atrás su ‘buenrollismo’ y su querer quedar bien con todo el mundo y ha empezado a tomar decisiones que trascienden el acto en si y mandan mensajes subliminales. Como dice hoy Santi Nolla en el Mundo Deportivo, la merecida suplencia de Ronaldinho supone un aviso para el resto de la plantilla: si el icono mediático de los últimos años puede quedarse en el banquillo, cualquiera que no rinda puede pasar por el mismo trago. La incorporación de Gudjohnsen al centro del campo, aunque eventual hasta que vuelva Deco, también es significativa: Rijkaard da marcha atrás con un jugador con el que no contaba y antepone los intereses del equipo a los nombres individuales. En definitiva, es como si Frank, que ya se ha visto un par de veces con la soga al cuello esta temporada, haya optado como ya hizo hace tres años atrás por no escuchar a nadie y ser fiel a sus convicciones.
Luces… y sombras
Evidentemente, no todo es positivo en can Barça. A mi entender, al equipo le falta el instinto asesino y la pegada que tienen muchos grandes, que matan el partido cuando tiene oportunidad. Si los azulgrana hubieran logrado el 0-2 en las claras ocasiones que tuvieron en Montjuïc, ahora tendría con toda seguridad dos puntos más. Seguramente este aspecto mejorará con la vuelta de Deco y sobretodo Eto’o, pero no hay que olvidar que el camerunés necesitará unos partidos para coger ritmo y que cuando lo haga, marchará a la Copa de África.
Entrando ya en nombres propios, dos de los llamados en su momento ‘los cuatro fantásticos’ parecen tener sus superpoderes averiados. Ronaldinho ha entrado dos veces en el campo con el marcador a favor y no sólo no ha sido desequilibrante, sinó que el equipo ha perdido su ventaja. Lógicamente, no es culpa exclusivamente suya, pero hasta esta estrella parece haberse apagado para un futbolista al que he defendido y admirado, pero que creo sinceramente que ya ha dado todo lo que puede dar vestido de azulgrana. Lo mejor sería venderlo y sacar un buen dinero por él, justamente lo mismo que ha hecho el Arsenal con Titi Henry. A estas alturas ya se han confirmado las tres intuiciones que tenía cuando el Barça lo fichó y que mucha gente comparte: que el francés tiene una calidad innegable (incuestionable), que el precio era demasiado caro para un jugador de su edad y con problemas físicos (llegó lesionado y las molestias le han seguido acuciando) y que en el Arsenal había vivido sus mejores momentos (indiscutible viendo cómo decidía partidos y los goles que marcó como ‘gunner’).
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