Un fin de año espectacular en Berlín (os recomiendo recibir un año nuevo en la Puerta de Brandenburgo, vale la pena), unos días sin fútbol salvo la Premier League (en la que ‘mi’ Arsenal sigue líder con un Eduardo impresionante y Adebayor mejorando cada partido) y el hecho de alejarse de España y estar recibiendo bombardeos informativos (deformación profesional) por todos los lados, me han permitido analizar la situación del FC Barcelona en perspectiva y tratar de sacar algunas conclusiones en limpio.
Tras el clásico entre el Barça y el Madrid no escribí nada por dos motivos: porque estaba realmente abrumado y porque tuve una semana de locos en el periódico que no me dejó tiempo para nada literalmente antes de irme a Berlín. Mucho se ha escrito y hablado sobre ese partido, pero creo que es incontestable que los blancos fueron netamente superiores al FC Barcelona. Para mi lo peor no fue la derrota en si, sinó la forma en como se produjo. Con un equipo que sabía en todo momento lo que tenía que hacer, a qué jugaba, y qyue si no hizo más daño fue porque el resultado ya le iba bién e incluso con el empate se hubiera conformado. En el otro lado del campo había otro conjunto que, pese a llevar años con el mismo sistema, pese a los cambios de Frank Rijkaard, se vio sumamente impotente para crear ocasiones de peligro y acabó dándole el balón en cada jugada a Iniesta para que inventara algo y encomendándose a la chispa de Bojan Krkic.
El Barcelona volvió a su peor versión, la que ofreció ante los rivales potentes el año pasado (Chelsea, Liverpool, Valencia, el propio Madrid…) y demostró que lo que ha sucedido hasta ahora en la Liga y los puntos que le separan del Madrid no son una mera casualidad. Pese a que predije una victoria azulgrana por 2-1, más por jugar como local y por la necesidad de ganar de unos y de otros que por otra cosa, yo intuía que el Barça tendría muchos problemas ante el Real Madrid. Lo que no me esperaba, como muchos, es que simplemente fuera aplastado y maniatado por un rival que hizo un muy buen partido, pero tampoco estuvo brillante. Ya defendí hace unas semanas que los clásicos no eran un partido más, sino que marcaban tendencias a largo plazo y que esperaba que el giro que se había iniciado la temporada pasada se invirtiera, pero no ha hecho más que acrecentarse. No sólo no hay cambio de ciclo sino que el dominio del Real Madrid se está intensificando.
A los blancos, a los que los medios de Barcelona se han empeñado en satirizar tanto que han hecho aparecer mucho peores de lo que son, hay que reconocerles la valentía que tuvieron este verano cambiando al entrenador y de filosofía. Pese a haber ganado la Liga con un final de Liga épico y espléndido, hicieron limpieza en el vestuario y en el banquillo y apostaron por un juego algo más vistoso con Bernd Schuster. El Barcelona, en cambio, tras uno de los fracasos más grandes de su historia (no ganar nada con una plantilla casi hegemónica en Europa y tras hacer el ridículo con enfrentamientos públicos entre jugadores) no cambió absolutamente nada. Fuera Motta, un jugador con poco peso en el vestuario, tres buenos fichajes y otro de cara a la galería, pese a que la lógica decía fichar a Henry a su edad y por ese precio era un error, y jugadores desmotivados, enfrentados entre ellos y el entrenador, todos seguían. Es decir, un poco de maquillaje para tapar unas arrugas que ahora se han ido convirtiendo en surcos. No se tuvo la valentía de actuar, de tomar decisiones impopulares y ahora el primer equipo lo está pagando.
El cambio, en el horizonte
Hoy, día 2 de enero, ya hay medios que hablan de la planificación y fichajes para la próxima temporada. Mala señal. Esto sólo lo hacen los medios cuando la situación es tan aborrecible que el lector no quiere ver el presente y prefiere ilusionarse con el futuro. Yo, lo confieso, soy pesimista para esta temporada como ya lo era en el verano, cuando no se tomaron decisiones en firme. Creo que pensar en la Liga es utópico si no hay un cambio muy grande que veo improbable que se produzca y la lógica me dice que el Barça sólo ha ganado la Champions aquellas temporadas en las que ha sido abismalmente superior a sus rivales, y este año no lo es. Por otro lado, veo más factible ganar alguna competición por eliminatorias que la de la regularidad, especialmente si tenemos en cuenta que el Celtic debería ser una presa asequible y que a partir de cuartos puede pasar cualquier cosa.
Yo, como todos, no sé lo que pasará dentro de unos meses, pero intuyo que si no se gana nada se acometerá el cambio, la renovación profunda que debería haber tenido lugar este verano. No es extrañe ver a grandes nombres traspasados y un gran gasto es fichaje y que os hablen de un proyecto ilusionante. La lástima es que si esto sucede se habrá perdido un año y la oportunidad de sacarle un mejor rendimiento a una de las mejores plantillas de la historia del club.