Hace años que sueño con ello, y ahora lo tengo justo delante. Al alcance de la mano, pero a la vez, muy lejos. Exactamente a 167 quilómetros y 10.000 metros de desnivel positivo. Aunque en realidad, no me estoy enfrentando a esa distancia ni a esas montañas, sino a mis propios miedos, limitaciones, errores…
El The North Face Ultratrail del Mont Blanc es algo así como los mundiales de fútbol del trailrunning. La prueba en que la mayoría de corredores sueña y a la que cuesta muchísimo únicamente llegar a participar. En primer lugar, debes acreditar una experiencia en como mínimo tres carreras de ultradistancia y en segundo, cada año son miles los aspirantes que se quedan fuera. La prueba parte de Chamonix a las 16,30 el viernes 30 de agosto y consiste en 167 quilómetros alrededor del mítico macizo. Como datos anecdóticos, pasas por 3 países (Francia, Italia y Suiza), haces el equivalente a cuatro maratones seguidas y asciendes una distancia superior al Everest, con una cota máxima de 2.600 metros. Todo ello, con temperaturas gélidas por la noche y con amenazas como el mal tiempo, que el año pasado obligó a recortar casi 70 quilómetros del recorrido original.
Personalmente, tengo momentos de todo. Momentos en los que tengo la certeza absoluta que voy acabar y otros en los que me asaltan las dudas. El límite para completarlo son 46 horas, un tiempo suficiente, pero el problema es que son muchos quilómetros, puedes llegar a estar dos noches en vela y el cansancio al final debe ser brutal, sumado al sueño. Lo que más me preocupa es el tiempo que pueda hacer (aunque relativamente), y hacerme daño, alguna torcedura o lesión que me impida acabarla. Mi único objetivo es acabar y, si puede ser, no adentrarme mucho en la segunda noche, la del sábado al domingo, con lo cual debería bajar de 40-35 horas.
Para prepararla hice una primera mitad de temporada con tres carreras (Ultratrail Barcelona, Transvulcania y Volta a la Cerdanya), tras la cuales he estado prácticamente tres meses entrenando el Mont Blanc. Junto con Sergi y Jesús hemos hecho algunos entrenos largos y con desnivel, como la Queralbs-Núria-Puigmal-Queralbs) o la Cavalls del Vent. Ésta última carrera, que haremos en septiembre, la hemos hecho dos veces: una en dos etapas de 50 + 35 y otra, que me dio mucha confianza, de 75 km. (recortando un poco), pero del tirón.
En agosto he aprovechado mis vacaciones para hacer también un entreno de 3-4 horas por Andorra y otro de 6,30 por la Carros de Foc, intentando buscar más desnivel que quilómetros. Ahora ya, el entreno está hecho y, aunque me siento preparado, creo que nunca llegas a estar totalmente a punto para un reto así.