Vivir una Advanced Week con el equipo internacional de Salomon ha sido una experiencia que recordaré toda la vida. Infinidad de momentos únicos, de risas, de información recibida, de conocimientos adquiridos y, por encima de todo, gente que he conocido. El punto final a las numerosas actividades programadas era la posibilidad de participar en el BVG Trail Alto Garda, una carrera que se celebraba por primera vez este año y constaba de dos distancias, la de 77 km. y la de 44. Cuando me marché a Italia llevaba una semana parado por las molestias que estoy arrastrando en el pie derecho y tenía decidido que no iba a correr. Sin embargo, a lo largo de la semana me fui encontrando mejor y en el último momento la ilusión me pudo más que la cabeza. No todos los días puede uno correr con el equipo Salomon Internacional, pensé.

El problema era que me faltaba la mitad del material obligatorio, así que fui pidiendo cual pordiosero a mis compañeros, que no se negaron a nada. Incluso Cameron Clayton me dejó una de sus camisetas S-Lab Sense, cosa que agradecí mucho con la calor que estaba haciendo en Italia. Los otros corredores que se animaron a correr fueron Thor Ludvigsen, un noruego muy poco conocido pero del que se va hablar mucho, la guapísima Landie Greyling, el divertido Gary Robbins y Greg Vollet, nuestro ‘capi’ del equipo que está en una grandísima forma. Todo el grupo y algunos acompañantes conducimos hasta Gargagno, donde se daría la salida del Trail de 44 Km. que subía de manera lineal bordeando el bello lago di Garda hasta Limone.

Los momentos previos a la salida fueron espectaculares. La gente nos saludaba y animaba y a mi me parecía un sueño estar allí junto a aquellos corredores profesionales. Suerte que para calmar los nervios el equipo de vídeo nos hizo dar un par de vueltas por el puerto para grabar algunas imágenes de City Trail. Casi sin darnos cuenta se dio la salida y yo de entrada aguanté el ritmo de Cameron, Thor y Greg, puesto que sabía que empezábamos con una subida de casi 1.000 metros y no quería quedarme encerrado en algún tapón.

Después de apeas 3-4 kilómetros Thor, Greg y Cameron tiraron con una fuerza espectacular y nos quedamos Gary y yo durante un tramo, en el que vimos aparecer un corredor italiano del equipo Tecnica que estaba detrás nuestro… por otro camino! El espabilado puso cara como de haberse equivocado, pero pegó un recorte en toda regla mientras Gary y yo nos mirábamos mosqueados. Al cabo de poco tiempo Gary también empezó a tirar como una mula y yo me quedé corriendo con Landie Greyling.

La verdad es que llevábamos un ritmo muy bueno, andando poco y corriendo casi todas las subidas, pero hacia el km. 20 empecé a notar síntomas preocupantes. Por un lado, esta era la primera carrera que hacía con mis nuevas plantillas y ya notaba ciertas molestias en los talones y en los pies. Creo que derivado de esto, también notaba cargadas ciertas zonas de las piernas en las que no acostumbro a tener problemas. Esto, sumado a la intensa humedad que hacía y que apenas bebí sales minerales en los primeros 20 km., se tradujo en amagos de rampas.

Llegué junto a Landie al avituallamiento del km. 23, la mitad de la carrera, clasificados entre los 10 primeros y con buenas sensaciones a nivel de piernas y cardiovascular. Allí encontramos a varios compañeros del equipo Salomon que nos animaron y ayudaron con el avituallamiento, con lo cual salí muy revitalizado. Había bebido mucho isotónico allí, pero a los 2-3 km. sufrí la primera rampa seria y tuve que parar y estirar un poco, diciéndole a Landie que tirara. A partir de ese momento pasé unos tramos en los que tenía diversos amagos de rampas y tuve que aflojar el ritmo e hidratarme bien. Paralelamente, las molestias en los talones por las plantillas iban aumentando, con lo que el ritmo acabó bajando significativamente. Decidí ser algo conservador y acabar, que forzar y arriesgarme a una retirada prematura.

Con todo, puedo asegurar que disfruté la carrera como un niño. La gente y voluntarios no paraban de animarnos e incluso los corredores de la carrera larga a los que adelantaba siempre tenían palabras como ‘bravo, mítico o complimenti’. Realmente, pude comprobar hasta qué punto llega la pasión por el trail de los italianos. Por todo ello, no dejé que el agobio por las molestias físicas me desanimara y seguí degustando la carrera hasta el final. Poco a poco nos fuimos acercando a Limone por tramos en los que ya habíamos entrenado, como el Monte Bertone, cuya bajada era algo técnica. En el último descenso, algo más fácil, ya iba muy tocado de pies y me pasó un corredor, pero en el tramo final volví a apretar y casi le doy caza. Al final llegué a Limone entre los 10 primeros y en un tiempo de 6h11′, a 25′ de Landie y a nada más y nada menos que 1h30′ del ganador, un Thor Ludvigsen que es poco conocido, pero que dará mucho que hablar.

El resultado para mi es decente, teniendo en cuenta que eran 44 km. con 3.000 positivos pero es lo de menos en una carrera que recordaré toda la vida por la belleza de sus paisajes, el cariño de la gente y el sueño que supone poder estar con el equipo Salomon Running, aunque sea por unos momentos y siendo consciente que estoy a años luz de estas fieras. Al final, la vida es más cuestión de vivencias e ilusiones que de un tiempo concreto y una posición, y en este sentido lo que viví en Limone lo recordaré todo la vida.
Photo credits: Droz Photo, Jordi Saragossa, Giuliano Cavallo y Marion Victor. Thanks guys 😉
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