La importancia de la recuperación post-entreno

El año pasado enfoqué toda la temporada bajo un prisma: entrenar como un loco. La mayoría de los que hacemos ultratrails tenemos que combinar nuestros entrenos con el trabajo y las obligaciones familiares y, por lo tanto, disponemos de un tiempo limitado. Yo lo dediqué casi todo a entrenar y apenas nada a recuperar. No es que no supiera la importancia de las recuperaciones y de cuidarse, sino que sencillamente apenas tenía tiempo y prefería invertirlo en mejorar y prepararme.

Deportivamente, la temporada fue muy bien, pero físicamente acabé pagando un precio bastante alto. Encadenar el Ultratrail del Mont Blanc y la Cavalls del Vent en apenas tres semanas (un total de 270 kilómetros y 16.000 metros de desnivel positivo) me dejó bastante tocado y con algunas molestias. Ya en octubre aflojé obligatoriamente el ritmo, pero como tenía la Ultratrail Collserola en noviembre no paré del todo y en la prueba barcelonesa acabé bastante al límite y completamente agotado. En las semanas siguientes sencillamente no iba, notaba que los entrenos no solo no me mejoraban, sino que cada vez estaba más lento, cansado, con molestias… Fue un periodo de reflexión, de analizar lo que había hecho bien y mal a lo largo de la temporada y en el que me quedó muy claro que debía invertir más tiempo y esfuerzos en los cuidados musculares y la recuperación después de entrenos intensos.

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Justo en aquella época me contactó un compañero periodista y corredor de montaña, Jordi Eroles, y me comentó que un amigo suyo trabajaba para una línea nueva de productos recuperadores y de ayuda al deportista y si me interesaba probarlos. Le dije que sí, pero que no me quería comprometer a nada, puesto que no me gusta recomendar en las que no creo al 100 por 100, y así fue como conocí Weapontowin. Y aluciné. Después de cada entreno me tomé 5-10 minutos para aplicarme dos de sus mejores productos: por un lado el Srec, una crema de calor basada en el aminoácido Taurina que es muy efectiva en la disminución del ácido láctico y mejora la recuperación, reduce la fatiga y ayuda a la descarga. Y por otro, la crema de la que me he enamorado, la Rgen. Se trata de un regenerador muscular desfatigante basado en el aminoácido glutamina y que, con un efecto más basado en el frío, produce una agradable sensación de relajación. Además, Weapontowin tiene otros productos que he usado menos, pero que me han ido muy bien en invierno, como el preS, un termoactivador muscular que activa los vasos capilares antes de la competición o el entreno, y el Care, una crema antifricción ideal para ciclistas o para esfuerzos de larga duración en los que puede haber rozaduras.

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Como mi experiencia había sido realmente buena, me puse en contacto con los responsables de la marca y me encontré con gente joven, deportistas y que entrenan a altas horas de la madrugada como yo para compaginarlo con la familia. Me pareció gente muy como yo, que tienen un muy buen producto que sencillamente aún no es muy conocido, pero que tiene un recorrido y potencial brutal, así que el entendimiento fue rápido y este año correré de manera oficial con Weapontowin.

Además del cuidado con estas cremas, otras medidas de recuperación que he adoptado de manera más o menos fija es alargar mi tiempo de estiramientos, usar después de los entrenos unas medias compresivas Salomon para descargar los gemelos (no me gustan para competir o entrenar, pero las encuentro un gran recuperador) y hacerme un masaje de descarga una vez al mes, como mínimo. Creo que todos estos cuidados, cuando estás entrenando entre 80 y 110 kilómetros a la semana y combinándolo con hasta 10 clases de spinning, son poco menos que imprescindibles. La gente cree que uno de los grandes peligros del ultrafondo son las kilométricas carreras que pueden durar más de un día, pero para mi lo más complicado es entrenar de manera efectiva para eso sin lesionarse. Y una de las grandes lecciones que aprendí el año pasado es que todo lo que podamos hacer en el apartado de la recuperación es casi tan importante como la parte del entreno y la preparación.

Saber parar, o la importancia del cross-training

Diciembre es un mes raro para los corredores de ultratrails. Toca hacer balance de lo vivido, empezar a planificar con calma el calendario del 2014 y aparcar las zapatillas de trail unos días o semanas. Algunos lo hacen por necesidad física, otros por necesidad mental, para desconectar, y en otros casos es ya casi una prescripción médica ante el riesgo de lesiones. Está claro que después de tantos meses de tralla toca bajar una marcha, pero parar por completo está casi descartado, puesto que luego nos puede llevar bastante tiempo volver al nivel de forma anterior. ¿Qué podemos hacer para mantenernos en forma?

En primer lugar, cada corredor es un mundo y sabe mejor qué necesidades tiene y cómo ha llegado a este punto. En mi caso, por ejemplo, acabé la Ultratrail de Collserola extremamente cansado y durante la semana posterior apenas recuperé nada, llegando a unos niveles de cansancio que no había tenido ni tras el Ultratrail del Mont Blanc. Además, arrastraba otras molestias endémicas en el tobillo derecho, en el que he sufrido varias torceduras, en la tibia izquierda y en la planta de los pies, que me quedaron muy doloridas ya desde la prueba de Chamonix. No soy mucho de parar y nada de estarme quieto. Mentalmente, tenía gasolina para seguir entrenando más o menos al mismo ritmo, pero físicamente había indicios claros de que tenía que aflojar el volumen de horas de entreno y, sobretodo, la parte de correr o no mejoraría de todas esas molestias.

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Algunos ya sabéis que trabajo en un gimnasio y que hago entre 9-10 clases de spinning a la semana y una o dos de Body Pump (trabajo con pesas y música). Eso es un beneficio en algunos sentidos, pero también me perjudica en momentos en los que debería descansar o parar del todo y sencillamente no puedo. De todas maneras, creo que el spinning es un grandísimo entreno paralelo de cara a correr ultratrails o carreras de montaña: haces un trabajo de fuerza de piernas, trabajas en niveles anaeróbicos, con pulsaciones muy altas, y no hay impacto sobre las articulaciones. Además, es un ejercicio interior, por lo que puedes hacerlo por la tarde o a primera hora del día, por ejemplo, sin sufrir frío o los rigores del tiempo. Está claro que la alternativa a esto es la bicicleta de carretera o la BTT, pero en invierno es más complicado salir. Hay otros deportes que son muy complementarios al trailrunning y que podemos hacer estas semanas si tenemos la suerte de vivir cerca de la nieve: el esquí por pistas, el esquí de montaña o el esquí de fondo y las excursiones con raquetas de nieve. A mi el esquí me gusta, pero si tengo que elegir alguno me quedo con el skimo (esquí de montaña fuera de pistas), aunque sinceramente no tengo material ni nivel para afrontar ciertas bajadas. La alternativa lógica son las raquetas de nieve: puedes hacer excursiones espectaculares y exigentes, de 5-6 horas, sin un gran esfuerzo, sin impacto en las articulaciones  y haciendo un grandísimo trabajo de piernas. Además, te permiten acceder a sitios bastante inaccesibles y disfrutar de vistas y sensaciones únicas en la soledad de las montañas, apartados del bullicio de las pistas de esquí.

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Otro tipo de trabajo que podemos aprovechar para hacer este diciembre es el de pesas: reforzar las piernas, pero también espalda y brazos, que trabajan muchísimo en carreras largas. Tampoco hay que olvidarse de las abdominales, el centro de estabilidad del cuerpo, que juegan un papel fundamental a la hora de correr y de descargar la espalda. Por mi parte, esto ya lo suelo hacer de manera sostenida durante el año, por lo que ahora intento hacer otras cosas que tengo más olvidadas por falta de tiempo, como los estiramientos o el trabajo de propiocepción y equilibrio. Para esto va muy bien ejercicios con cierto equilibrio, que obligan a usar los músculos estabilizadores, como el Purmotion o el Bosu (media pelota con una base sobre la que subir y hacer repeticiones de sentadillas, por ejemplo).

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Todo este tipo de entreno o concepto es lo que en algunos círculos se ha definido como cross-training: un entrenamiento cruzado que permite combinar el específico de un deporte con otros relacionados, pero que no nos sobrecargan tanto y nos ayudan indirectamente en la práctica del principal. Como veis, hay muchas cosas que podemos hacer aún parando o aflojando el ritmo, muchas de las cuales nos servirán para sentar unas buenas bases de cara a la temporada que viene o, sencillamente, para recuperar un poco la musculatura y ciertas molestias sin dar muchos pasos atrás.

Por último, creo que también es un mes en el que debemos ser un poco indulgentes y aprovechar para hacer algún deporte que, aunque no sea directamente beneficioso para nuestro entreno principal, nos permita evadirnos y divertirnos. Nos permita hacer un reset mental y volver (espero) con más ganas a entrenar a partir de enero. En mi caso, y pese a que no soy un gran apasionado, es el pádel. Es divertido, no requiere un gran esfuerzo físico y es complicado lesionarse, a no ser que te caiga un raquetazo 🙂 Y vosotros, ¿cómo entrenáis en diciembre? ¿Algunos consejos o sugerencias?

Heras, Kilian, Olmo, Salomon Spain… El ambiente de la UTMB

Una de las cosas que me sorprendió y alucinó de participar en una carrera de calibre mundial como la Transvulcania fue la oportunidad de conocer y compartir momentos con corredores de talla mundial como Kilian Jornet, Núria Picas, Timothy Olson o Arnau Julià. En Chamonix, el ambiente de trailrunning es todavía más acentuado, con miles de corredores venidos de todo el mundo para participar en las cuatro carreras que se organizan a lo largo de la semana. Además, el pueblo es una especie de santuario del trail, en el que todas las marcas conocidas del mundillo tienen tiendas oficiales separadas por pocos metros de distancia. La feria oficial, con stands en los que las marcas vendían

sus productos actuales e incluso anunciaban ya los de la nueva temporada, redondeaba el sueño de cualquier corredor y la pesadilla para los bolsillos y las economías familiares. Otro de los apartados que me gustó mucho fueron los estands de las carreras, dónde se anunciaban las mejores ultratrails del mundo y tuvimos oportunidad de charlar distendidamente con algunos organizadores y nos encontramos como un crack como Marco Olmo, dos veces ganador de la Ultratrail del Mont Blanc… con 58 años!

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Una de las experiencias más memorables, sin embargo, fue poder asistir a el Café & consejos, un innovador un acto que montó Salomon Spain con Miguel Heras, el corredor español que finalmente quedaría segundo en la UTMB. La  marca invitó a 10 corredores populares a una charla distendida con él y yo pude asistir también invitado en mi condición de Field Tester. Pese a habernos levantado a las 5,30 de la mañana y conducir 8 horas el día antes de la carrera no quise perdérmelo y la primera sorpresa al llegar al hotel Les Aiglons fue encontrarnos… con el gran Kilian Jornet!

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Tras la foto de rigor con el mito, que tuvo tiempo de desearnos suerte para la carrera, pudimos participar en la charla con Miguel y Pau y Biel, dos chicos de Salomon que entre otras cosas se dedican a hacerle las asistencias en los avituallamientos. Heras es un tipo sencillo y cercano, muy humilde, que nos estuvo contando todo tipo de anécdotas, carreras y aventuras. También nos explicó cómo se avitualla y come durante la carrera y algunos consejos a tener en cuenta para el recorrido.

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Lo más interesante, sin embargo, fue que bajara el material con el que iba a correr y comprobar cómo los profesionales exprimen al máximo el reglamento para ir con el mínimo peso posible. Sus S-Lab con las que iba a correr la carrera, los trucos con los guantes cubiertos con látex (se los regaló a un chico), con los pantalones impermeables, el vaso ajado pero que tiene un significado especial para él… Todo llevado al límite para que la mochila pese poco más de un kilo, cuando las nuestras pueden estar entre 3 y 4. Claro que corremos carreras diferentes, por el tiempo y el planteamiento que tenemos. Con todo, fue una lección magistral, una clase en la que aprendimos en apenas una hora más que en meses de entrenos y carreras corridas. Heras tuvo tiempo de firmar autógrafos e incluso invitarnos a salir a rodar una hora por un parque cercano, pero creo que nadie se atrevió, jajaja. En definitiva, una gran acción de Salomon Spain en su línea de cuidar a los clientes o corredores más populares y que nos permitió vivir un poco más de cerca el mundo de los profesionales.

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Salomon Sense mantra: una grata sorpresa

A principios de mayo recibí una grata sorpresa: estaba seleccionado en el equipo de Salomon Field Testers. Eso significaba que podría probar algunos de los productos de mi marca preferida, pero no los que yo eligiera, sino los que ellos me mandaran. Pocas semanas después recibía un paquete con unas bambas dentro. Tengo que confesar que esperaba unas S-Lab Sense Mantra o algo por el estilo, pero lo que vi me dejó claramente desconcertado.

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Ante mi tenía las Salomon Sense Mantra, un nuevo concepto de la marca francesa que se enmarca dentro de su filosofía ‘door to trail’. Es decir, unas zapatillas que no sean exclusivas de la alta montaña, sino que se comporten bien durante todo el entrenamiento, incluyendo las partes de asfalto. A la vez, tienen un diseño muy minimalista, para lo que estamos acostumbrados, y una ligereza notable. Por todo ello, y porque yo soy muy especial con el calzado, debo confesar que estaba algo reticente, pero no tenía más remedio que probarlas (y a fondo), así que dejé de lado todos mis prejuicios y traté de aproximarme a ellas con la máxima neutralidad posible. Como todo buen periodista 🙂

Diseño espectacular

En primer lugar debo confesar que me encanta su diseño. Especialmente del modelo azul, negro y blanco. Es una bamba muy elegante, nada llamativa y que incluso te puedes poner para ir al gimnasio o combinar con unos tejanos. Pero no estamos aquí para eso, no? Más sensaciones: son ligeras, muy ligeras. Apenas 270 gramos los modelos más pequeños. Y luego, no tiene una suela muy alta, apenas 16 milímetros en la parte alta y 10 en la más baja. Eso me gustaba visualmente, ya que no me atraen los ‘armatostes’, pero me provocaba ciertas reservas en cuanto a la amortiguación que podía tener sobre el terreno.

Gran comodidad

Vale, ya las hemos visto y son bonitas, pero ¿qué tal sientan? Pues la verdad es que son comodísimas. Este es, para mi, su punto más fuerte y bueno. La más grata sorpresa de este modelo es el sistema Endofit, una especia de ‘escarpín’ interior que te abraza el pie sin oprimirlo y evita sensaciones desagradables en otras zapatillas, como es el desplazamiento lateral. Ello, unido al clásico sistema Quicklace de las Salomon (los cordones que no se atan, sino que se estiran), permiten una perfecta sujeción al pie, de las mejores que he sentido en ningunas bambas de trail.

Unas todoterreno

Una vez revisadas y calzadas llegaba el momento de ponerlas a prueba o, dicho de otra manera: darles caña. Personalmente, lo que más me preocupa de unas zapatillas cuando entreno es que tengan buen amortiguación y un agarre óptimo al terreno. No soy muy alto ni pesado, pero tampoco muy liviano como mis otros compañeros, así que amortiguar mis 72 quilos de peso durante entrenos de más de 3 horas por un terreno pedregoso no es fácil y no lo soportan todas la zapatillas. Debo decir que las Salomon Sense Mantra han pasado el test, para mi sorpresa, con notable alto. No son, evidentemente, unas bambas muy duras y rígidas que te protejan en entornos muy pedregosos, pero en contrapartida hacen realidad la intención del sistema Propriotection, que pretende combinar propiocepción y protección. En otras palabras, sientes mucho el terreno por el que estás corriendo, pero no de una manera lesiva o desagradable. Al contrario. Además, y eso es importante para los que no tenemos la suerte de vivir en alta montaña y debemos hacer asfalto antes de llegar a la montaña, su comportamiento en este medio es excelente.

Un buen agarre

Cuando vi la suela de las Sense Mantra no pude menos que arrugar la nariz. Dudaba mucho que aquello se agarrara bien en terrenos como los que yo entreno y era algo que quería testar muy bien. De hecho, he tardado un poco en hacer este análisis porque quería ver el comportamiento de las bambas en un día lluvioso y el suelo resbaladizo. La verdad es que me he llevado una sorpresa. El sistema Non marking contagrip promete agarre óptimo en variedad de superficies y lo cumple. En seco no he tenido ningún resbalón o torcedura y en mojado no falló ni más ni menos que otras zapatillas de prestaciones o precio incluso superiores.

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Durabilidad

Vale, tenemos unas bambas, cómodas, bonitas, versátiles y ligeras, pero ¿qué tal andan de protección y duración? En cuanto a la protección, es buena. En la parte superior tiene una malla abierta transpirable que deja respirar muy buen el pie y evacua el agua cuando entra. Lógicamente, al ser unas zapatillas minimalistas y ligeras no van muy protegidas de la parte superior, pero tras más de 400 quilómetros por terrenos muy ariscos (secos y con mucha piedra) no he recibido golpes sustanciales ni se ha roto de la parte superior. En cuanto a la durabilidad, quizás es su punto lógicamente más débil, por diseño y características. Debo reconocer que después de estos tres meses y 400 quilómetros, el aspecto de la suela sigue siendo muy bueno, sin grandes desgastes, pero ya no siento las mismas sensaciones que tenía al principio, especialmente en la protección de la suela del pie. He hecho entrenos de 36 quilómetros sin problemas y el gran Iker Karrera ha corrido con ellas carreras más largas, pero ahora empiezo a notar molestias en la planta del pie en entrenos más largos, así que las he relegado a salidas más cortas, de 15-16 quilómetros máximo.

Conclusiones

Para mi, las Salomon Sense Mantra han sido una grata sorpresa. Son unas zapatillas bonitas y con un concepto más minimalista, pero que cubren perfectamente las necesidades de cualquier trailrunner bregado. Al ser cómodas y ligeras, me parecen ideales para principiantes, personas que no sean muy pesadas o que entrenan por terrenos no excesivamente técnicos o de alta montaña, en los que yo iría con algo más de suela y protección. Cumple con lo que promete, especialmente con el concepto ‘door to trail’ (aptas para varios terrenos) y con la Propriotection (sentirte conectado con el terreno, pero a la vez protegido). El tema de la durabilidad es el que es, pero es muy superior a otros modelos de su ‘familia’, como la S-Lab Sense Mantra. Por contra, tienen un precio mucho más asequible (entre 120 y 130 euros), por lo que a mi entender se convierten en una alternativa buenísima para todo tipo de entrenos y carreras de trail por senderos, para luego combinarlas con otras más ‘potentes’ para ultratrails y carreras más largas.

Motivación pura y dura

En poco menos de 24 horas me he tropezado con dos vídeos que son motivación pura y dura. No me identifico mucho con Nike, pero me gusta el espíritu de este anuncio:

Luego éste ya me parece genial, especialmente la primera frase. Un mensaje que define exactamente lo que quería explicar en el artículo sobre La fortaleza mental:

«El dolor es temporal. Puede durar un minuto, una hora, un día o incluso un año, pero al final se acabará y algo diferente tomará su lugar. Sin embargo, si me rindo ese dolor durará para siempre.»

Buf! Disfruta!!!!

Entreno: La volta a Montserrat

Tengo que reconocer que empecé a correr con las carreras como meta y que los entrenos eran una obligación más bien tediosa hasta llegar a ese premio o objetivo. Con el tiempo, le he ido dando la vuelta a esta situación, hasta el punto de disfrutar tanto o más entrenando que compitiendo. Pocas cosas producen tanto placer como correr sin prisas de ningún tipo (aunque sin pausa) ni ir al límite por un entorno además que no tienes muy trillado y es espectacular. Esto es justo lo que hicimos con Sergi Montes hace unos días: nuestra particular Volta a Montserrat.

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Básicamente, un viernes que teníamos fiesta nos levantamos a las 5 de la mañana, quedamos a las 5,45 y a las 6,30 nos plantamos en Monistrol. Desde allí subimos por el camino que yo ya había hecho tres veces de noche en la Matagalls-Montserrat hasta el santuario. Continuamos subiendo hacia la izquierda, dirección Collbató y luego nos acercamos hasta el Bruc por un tramo de pista bastante largo. De nuevo volvimos a girar por la base de la montaña para dar una vuelta por una zona de senderos espectacular, tremendamente bonita, hasta iniciar una larga bajada cruzando la carretera, pero siempre por pista o sendero, hasta Monistrol.

Según el track de mi Garmin Fenix, fueron 33,5 kilómetros en poco más de 4 horas, pero la verdad es que se me pasaron volando. Nunca había corrido por Montserrat, salvo el corto tramo final de la Matagalls, y me pareció una paraíso para entrenar. Y eso que no buscamos tramos excesivamente técnicos o con mucho desnivel, sino una combinación de kilómetros + altura (al final salieron unos 1.600 positivos). La parte final de vuelta a Monistrol, por un estrecho sendero bordeando la montaña, me pareció espectacular y, además, pillamos un día excepcionalmente limpio y claro y pudimos disfrutar de unas vistas maravillosas que llegaban hasta el Cadí.

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Yo ese día tenía que hacer luego dos clases de spinning en el gimnasio como monitor, pero disfruté tanto corriendo, que apenas me cansé. Poca gente entiende lo que para ellos son sacrificios, pero las sensaciones de ver amanecer en Montserrat, correr con tu amigo por esos paisajes y no estar pendiente del reloj no tienen precio y son difíciles de explicar para quien no las ha vivido. Yo, por mi parte, disfruto tanto con esto como con la mejor de las carreras. Y al fin y al cabo, de eso se trata, no?

Crónica personal de la UTBCN (14º en 13h30′)

La Ultratrail Barcelona era la primera gran prueba de mi calendario particular por distancia (114 km. en principio), porque era el Campionat de Catalunya de la FEEC y porque se corre en mi comarca y he participado en sus tres ediciones. El tema de la salida conjunta y a las 10 de la mañana no me convencía nada. Había entrenado la primera parte del recorrido con Sergi Montes (que al final hizo la Marathon Trail y quedó segundo) y tenía claro que con tanta gente saliendo a la vez y dos carreras cortas por el medio, en las que los corredores saldrían muy muy rápido, o te espabilabas al principio, o se podía formar una cola considerable.

En el último entreno me torcí un tobillo y me hice un esguince leve que me llevó de cabeza toda la semana. Además, el día de la carrera amaneció según las predicciones, lluvioso y algo frío. Nos levantamos muy pronto, recogimos los dorsales sin mayores problemas, me encontré con la responsable de prensa de Asics, que me dio las Asics Gel Fuji Trabuco con las que corrí la prueba (se portaron de manera espectacular en unas condiciones durísimas) y tomamos un café para no mojarnos durante la espera. Ya de camino a la salida, a apenas 30 minutos de empezar, te encontrabas corredores en coche que preguntaban dónde se recogían los dorsales y se podía intuir que algo iba mal. Una vez en la playa de San Sebastià, pasamos el control de material, me separo de Jesús Tenor, con el que iba a correr, y ya no lo encuentro. Me quedo con los amigos del Aquarunning y cuando se da la salida aprieto para pasar corredores, pero me preocupo al ver una cola larguísima. En una de las curvas encuentro a Jesús y tratamos de colocarnos lo más adelante posible.

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Sigue lloviendo, hay mucho barro y charcos y en una de las subidas el ascenso es muy dificultoso, ya que nos venimos literalmente abajo. Por suerte, una vez pillamos la pista ya se puede correr bien y llegamos a La Morella sin más incidencias y a buen ritmo. Allí nos separamos de la Maratón y espero que se aclare el camino, pero al haber salido atrás aún vamos con bastantes corredores de la Long Trail. Como no puedes saber si son de tu carrera o no y tampoco te dan referencias de paso, me despreocupo por completo de la posición. Con toda la gente buena que corría, profesionales y ultraatletas que han venido por el Campeonato de Catalunya, sé positivamente que será imposible repetir el 14º puesto del año pasado, e incluso quedar entre los 25 primeros. Mi prioridad no es competir, como en otras carreras, sino que Jesús acabe y que vayamos juntos todo el rato. Por todo ello, me despreocupo de ritmos y me centro en controlar constantemente el track de la carrera en mi Garmin Fenix, ya que únicamente hay marcas en el suelo con una pintura soluble al agua, muy espaciadas y en algunos puntos completamente tapadas por la lluvia o el barro. Pese a ello, nos colamos un par de veces y en una de ellas conocemos a alguien como se suele conocer a las personas cuando corres una ultra: cuando te equivocas y el de atrás te avisa. Veo que se llama Henrik y le pregunto en inglés de dónde es y me explica que es danés, vive en la India, ha venido para correr la prueba y que se está entrenando… para la Western States! Wow! Uno de mis sueños! Así que ya me véis corriendo e intentando hablar con él en inglés macarrónico.

En éstas llegamos a Begues, dónde nos dicen que por condiciones meteorológicas han recortado un tramo de 8 kilómetros en Olesa y nos alegran el día. Sigue lloviendo y vamos completamente empapados. Nos separamos definitivamente de los corredores de la Long y nos enfrentamos al tramo que sé positivamente que es el más duro de los tres en los que se divide la prueba. Vamos con Henrik, que es alto, espigado, y corre muy ligero. Yo no voy mal, el tobillo no me duele, pero tengo molestias en la cadera y la sensación que vamos algo forzados, corriendo en algunas subidas en las que deberíamos caminar y conservar. Apenas llevamos 40 km., queda mucho y el año pasado lo pasé mal en este tramo. Aflojamos un poco y dejamos que Henrik se vaya. No estoy cómodo y llego bastante cansado al final de la subida a la Desfeta, antes de afrontar la bajada a Sant Climent, donde me hidrato bien y sigo con mi pauta de geles cada 20 kilómetros y magnesio para evitar rampas. De ahí viene otra subida dura que me deja exhausto, pero en la bajada a Torrelles recupero sensaciones, empiezo a correr muy fuerte y llego muy animado al avituallamiento, en el que conozco a uno de los voluntarios del año pasado y del concierto de Bruce y charlamos entre risas. Me dice que vamos bien, pero le pido que no me diga la posición.

Jesús, que ha ido tirando en muchos momentos y está mejor físicamente que yo, empieza a quedarse rezagado y me preocupo. Me comenta que tiene molestias en la rodilla de la bajada y amagos de rampas en los gemelos, su gran preocupación. Trato de animarlo y sacarle presión, diciendo que si hace falta parar, paramos, y que no se agobie que es normal tener momentos malos. De Torrelles a Begues vuelve a haber una subida muy fuerte que nos pone a prueba y nos agrupa con un par de corredores más. Una vez arriba se inicia la bajada al avituallamiento, al que llego muy justo de fuerzas y con hambre. Normalmente no suelo parar mucho ni comer, pero supongo que el frío ha consumido muchas de mis energías y decido comer un copioso y delicioso plato de pasta con tomate y atún, además de hidratarme muy bien y llenar el camelbak. Mientras hacemos todo esto, en apenas 10-15 minutos, nos entra un frío terrible y, temblando, decidimos cambiarnos de ropa. En mi caso me pongo una camiseta térmica finita debajo para afrontar las horas de noche que se acercan.

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Sigo sin mirar tiempos ni parciales, pero son sobre las 6 de la tarde, por lo que llevamos unas 8 horas y vamos más o menos en la línea de mi carrera del año pasado. A la salida de Begues se afronta el Montau, el punto más alto de la UTBCN, pero es una subida sostenida e incluso nos sorprendemos de lo bien que la hacemos. Algo está cambiando. No sé si es el avituallamiento o la sensación psicológica de haber hecho dos tercios de la carrera y afrontar el último tramo, aunque sea el más largo. La siguiente bajada es prolongada y empezamos a correr rápido, muy rápido. Me siento genial de piernas y sólo me duelen las plantas de los pies después de tanto impacto con las piedras. Ya no llueve, pero hay humedad y hace frío.

Pasamos a dos corredores y llegamos con buenas sensaciones a Olesa (km 77), dónde han recortado el bucle de 8 quilómetros. Estamos a apenas 27 de la meta! Bebemos bien y salimos rápidamente, adelantando a otro corredor que se queda en el avituallamiento. En este tramo seguimos corriendo a un buen ritmo, intentando llegar a Can Grau antes de anochecer. Aquí cometemos el único error, a mi entender, de una carrera que gestionamos muy bien, ya que no tenemos claro la distancia (aunque era complicado con tantos cambios de recorrido y recortes). Yo pensaba que estaba a unos 10 km., pero pasa esta distancia y no llega. Se nos hace de noche y nos ponemos los frontales, nos vamos quedando sin agua, Can Grau no llega, yo me voy tomando geles y cafeína porque me noto que me voy vaciando… Finalmente llegamos… Más de 15 km. después del último control! Allí hacemos un último avituallamiento, sobretodo de líquido y un suculento bocadillo de pan de molde con nocilla, y afrontamos los 10 km. restantes.

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El año pasado llegué a este tramo muy perjudicado, pero seguimos realmente bien de piernas y de ritmo, corriendo incluso en algunas subidas y sin ya reservar nada. Cada vez pasamos a más corredores de la Long, que se paran, se apartan y nos animan. Sensacional el compañerismo que hay en estas carreras! La llegada este año la han cambiado y es mucho más fácil, ya que el año pasado tenías que afrontar una complicada bajada desde la Creu de Sant Isidre hasta el Port d’Aiguadolç. Llegamos a la Fita, un lugar desde el que solemos iniciar muchos de nuestros entrenos, se lo comento a Jesús, lanza un grito de alegría y nos lanzamos abajo a casi 4′ el km. Pillamos a Henrik, le animamos y le decimos que ya estamos, y trato de disfrutar de la sensación de ‘volar’ después de 100 km. de barro y montaña por el Garraf. Entramos en la meta de la Piscina en 13h30′, 20 minutos menos que al año pasado, realmente con buenas sensaciones. La sorpresa llega luego, cuando vemos las clasificaciones y vemos que estamos el 14 y el 15 de la general! Yo repito el puesto del año pasado, pese al altísimo nivel que hay, y acabo séptimo en el Campeonato de Catalunya, en el que Jesús queda el segundo veterano. Lo mejor, sin embargo, son los momentos que hemos compartido juntos y las sensaciones, especialmente en el último tramo de una carrera que, pese a los problemas que ha vivido este año, sigue siendo bellísima y contando con una gente excepcional.

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Test: Asics Gel Fuji Trabuco 14 (colección invierno 2012-13)

Tengo que confesarlo: las Asics Gel Trabuco son mis zapatillas preferidas de montaña. Hay bambas más técnicas, más durables, que amortiguan más o que son mejores para terrenos complicados, como barro o nieve. Pero en una balanza en la que se pone lo principal que hay que pedirle a una bamba de trail como confort, duración, diseño, agarre, adaptación a la mayoría de terrenos y relación calidad-precio, sale claramente ganadora.

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Un poco de historia

La Asics Gel Trabuco 13 supuso un punto de inflexión en la línea de la marca. Se buscó la comodidad y el agarre por encima de la durabilidad y el resultado fue una bamba demasiado ancha que decepcionó a algunos corredores con el pie muy estrecho. Además, el agarre se lograba con unos tacos de goma blanda que, sometidos a terrenos muy exigentes, acababan saltando, y es verdad que la zona superior de la zapatilla estaba un tanto desprotegida. Pese a todo ello, cabe decir que seguía siendo una gran zapatilla y a mi, que tengo el pie ancho, me iba genial. Con ella hice, por ejemplo, una Matagalls-Montserrat en 10h17′ y sin la más mínima ampolla, o el Ultra Mític de Andorra, de 112 km. y en terreno muy exigente de alta montaña.

Las quejas y las ganas de innovar de Asics llevaron a un rediseño del modelo, que se estrechó, se reforzó en puntera y se varió a una suela menos blanda, con tacos más duros. Todo esto viene a cuento porque el modelo que analizo es el rediseño de la colección invierno 2012-13 del 14, al que ya se le añadió ‘Fuji’ a la denominación. Con las anteriores, las verdes neutras, hice la Ultratrail Serra del Montsant apenas 15 días después de haberlas estrenado y el resultado fue espectacular. A parte de quedar el 10º en la general, aguantaron 11 horas de lluvia y barro sin ni un resbalón y sin causarme la más mínima rozadura.

Estamos hablando de una bamba sólida, muy estable y protegida en la planta (algo básico para mi), con un buen agarre gracias a la tecnología Rock Protection Plate y resistente a terrenos duros, como los pedregales del Garraf en los que yo suelo entrenar. La versión neutral incorpora en la suela un Solyte de larga duración más suave para ofrecer más amortiguación y el Personal Heel Fit añade una línea de espuma viscoelástica en el talón para crear un ajuste seguro y agradable.  Son muy cómodas desde el primer día y aguantan entre 700-900 km. sin problemas. En contrapartida, bajan un poco de prestaciones con barro y en piedras ligeramente mojadas, entonces hay que vigilar con los resbalones.

Mi Asics Gel Fuji Trabuco 14 aguantaron unos 800 km intactas de los tacos inferiores y sólo las cambié cuando empecé a notar que me dolían las plantas de los pies y los tobillos. Supongo que el gel estaba trinchado. Se me hizo un agujero en la parte superior de una de ellas, pero es verdad que me quedé enganchado literalmente en una rama (ver foto).

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Conclusión

La Asics Gel Fuji Trabuco sigue siendo una apuesta segura en el mundo del trail. En lo que respecta a la comodidad, para mi es excelente. Es la típica zapatilla que te puedes poner sin estrenar para un entreno de 30 km. o usar para una carrera sin apenas haberle hecho rodaje y saber que no vas a tener problemas. Sus únicos ‘peros’ son que la malla superior es un tanto endeble y que a la que se complica la adherencia con lluvia o barro los tacos empiezan a ir justos.

Ideal para todo tipo de trails o ultras en seco y con terrenos no muy exigentes (alta montaña). También para entrenos por senderos o en los que encontramos algo de asfalto. Muy bien amortiguada de suela, protegida en la punta, resistente y con un precio de gama alta, pero que no se dispara. Para mi es la zapatilla idónea para el 90% de trailrunners, incluso los que empiezan y no quieren sorpresas desagradables ni experimentos, antes de decantarse por modelos más técnicos y especializados.

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El Projecte Summit

A finales del 2012 leí por primera vez sobre el Projecte Summit, que estaba preparando la ultratleta y licenciada en Biología Emma Roca como tesis doctoral. El objetivo principal del estudio es determinar si la población que practica ejercicio de larga duración y gran intensidad tiene más riesgo sobre la salud en comparación con la población sedentaria y la población moderadamente activa. Pensé que era una gran oportunidad y dedidí apuntarme en el grupo de personas que entrenan más de 10 hores semanales. No tenía muchas esperanzas, pero valía la pena intentarlo por salud, para concerme mucho mejor y por formar parte de algo que puede ayudar a nuestro deporte y que nunca se ha hecho.

Mi gran sorpresa fue cuando recibí este mail:

 

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Había entrado! A principios del 2013 recibimos un email en el que se nos hacían varias encuestas de alimentación y entrenamiento y había que firmar una hoja de consentimiento para realizar las siguientes pruebas:

1) Análisis basal:

Por correo electrónico:

  • Cuestionario orientado a conocer datos demográficos y de salud, así como el tiempo, volumen e intensidad del ejercicio físico, entre otras cosas.
  • Encuesta nutricional.

En Girona:

  • Analítica específica (ver anexo).
  • Congelar sangre para el análisis a posteriori del RNA.
  • Ecocardiografía y ecodoppler de carótida.
  • Electrocardiograma.
  • Análisis genético con la saliva: nutrixip (análisis de los genes asociados a la obesidad y metabolismo), esportxip (genes asociados al% de fibra lenta y fibra rápida).
  • DEXSA: escáner de composición corporal.
  • Revisión de medicina deportiva orientada a determinar la capacidad física: prueba de esfuerzo (potencia aeróbica, VO2 max, lactato máx para medir capacidad glucolítica, saturación de O2, variabilidad de la frecuencia cardíaca (RR), …) y test de Borg para analizar el perfil psicológico.

 

2) Correr una prueba monitorizado

En este caso, la trail de 84 km. de la Volta a la Cerdanya, una carrera muy atractiva que ya me apetecía hacer por recorrido y lugar. En la reciente expo de la Maratón de Barcelona tuvo la oportunidad de hablar un largo rato con Eduard Jornet, el padre de Kilian y principal organizador de la prueba, y a parte de explicarme sus características, me contó que seguramente no nos sacarían sangre durante la carrera, pero sí inmediatamente después de acabar. Supongo que durante la carrera iré con pulsómetro.

Bueno, de momento poca cosa más puedo contar. El dia 12 de abril tengo la prueba de esfuerzo en Girona, casi un año y medio después de la última. Tengo curiosidad por saber las pruebas y cómo estoy después de este tiempo, pero me siento un privilegiado por poder participar de algo así. La última prueba de esfuerzo que me hice fue a finales del 2011 y sirvió para ilustrar un interesante reportaje en el Diari de Vilanova sobre su importancia en los deportistas de todos los niveles.

 

 

ume