Eran mis dos grandes sueños: el Ultratrail del Mont Blanc y la Western States, las carreras de las que había leído infinidad de historias épicas y que siempre he querido hacer. Una tuve la suerte de acabarla en agosto y la otra sí, mucha gente lo ha adivinado: estoy preinscrito para el sorteo de este sábado. No es la ultra más dura, pero sí la más antigua y prestigiosa de los Estados Unidos. Con un recorrido de 100 millas (unos 170 quilómetros), arranca a las cinco de la mañana en la estación de esquí de Squaw Valley y atraviesa las Rocky Mountains a través de senderos usados por indios y por los buscadores de oro hasta llegar a Auburn. Si lo logras en menos de 24 horas te dan una hebilla de plata y, en menos de 30, una de bronce. Esta es una de las muchas anécdotas de una carrera que empezó como una competición para caballos hasta que a mediados de los 70 a un tipo llamado Gordy Ainsleigh se le murió el animal y decidió hacerla a pie junto a los jinetes.
La Western States es la carrera por excelencia de los Estados Unidos, el centro de los relatos de libros que me han inspirado muchísimo, como Ultramarathon, de Dean Karnazes, o Comer, correr, vivir, de Scott Jurek. Desde el primer momento tuve claro que quería hacer aquella carrera, pero soy consciente que mis posibilidades son mínimas, apenas un 6% y se trata más de un mecanismo para aumentarlas el año que viene, que para estar realmente este junio del 2014 en la salida. Y es que si participar en la Ultratrail del Mont Blanc ya es complicado, hacerlo en la Western es poco menos que una odisea.
En primer lugar hay que completar una de las carreras clasificatorias de esta lista, la mayoría de las cuales son lógicamente en suelo estadounidense. Para la edición del 2014 era relativamente fácil de conseguir, ya que por ejemplo acabando la Transvulcania en menos de 12 horas ya podías inscribirte. Para el 2015, sin embargo, ha habido un cambio notable: la Western ha entrado en el Ultratrail World Tour, una organización promovida desde el Ultratrail del Mont Blanc y que claramente apuesta por las carreras esponzorizadas por North Face. Por ello, la única vía de clasificación en suelo español será acabar la Transgrancanaria en menos de 22 horas, mientras que en Francia puedes optar por la UTMB (siendo finisher), la TDS (sub 22 horas) o la CCC (sub 16).
Una vez has abierto esta puerta, aún te queda lo peor: la lottery. Pese a ser la Western una carrera de fama mundial, las estrictas leyes norteamericanas hacen que el US Forest Service únicamente permita correr cada año exactamente a 369 corredores. Como siempre hay un tanto por ciento de bajas de última hora, los organizadores elevan la cifra a 400. De éstos, 130 dorsales están reservados a personas con una condición especial, como por ejemplo antiguos ganadores, los que finalizan en el top-10 cada año, corredores internacionales de renombre o algunos patrocinadores. Esto deja 270 plazas libres para el resto de ‘mortales’. El problema es que con el boom del trailrunning y la difusión de la carrera, los solicitantes han aumentado exponencialmente. Así, de los 583 que hubo en el año 2000, se pasó a los 1693 del 2010, los 2295 del año pasado y a los 2705 de este año.
Como puede verse en la imagen, hay además un ‘tickets count’ o ciertas personas que tienen dos o más tickets en el sorteo. Esto se debe a que cada año consecutivo en el que entras en la lottery y no resultas elegido te dan un ticket, con lo cual aumentan tus opciones, pero ni mucho menos te aseguran la participación. Así, mientras una persona que tenga cinco tickets va a tener un 28% de posibilidades, yo voy a tener unas exiguas 6%. Ahora bien, para mi, haber superado este proceso, ya es un sueño, algo que veía muy lejano hace apenas dos años. Un ticket con mi nombre estará en el sorteo que tendrá lugar este sábado en la Placer High School de Auburn y que es un acontecimiento en los Estados Unidos. De hecho, los resultados se retransmiten en directo por internet, está abierto al público e incluso se da la circunstancia de la ‘one last chance’: cuando se acaba el sorteo se elige a uno de los corredores presentes que han completado su inscripción y que no han resultado elegidos. Una pena que me quede tan lejos de casa 🙂