Volta a la Cerdanya 2013 – 19º en 6h31′

La Volta a la Cerdanya Trail (87 km) suponía mi tercera prueba de la temporada y la última de la primera parte integrada por Ultratrail Barcelona y Transvulcania. A esta carrera acudía ‘obligado’ como participante en el Projecte Summit de Emma Roca, un estudio pionero y que pretende analizar los efectos de las ultramaratones sobre el cuerpo y las características peculiares que podemos tener algunos de los participantes en estas pruebas.

Perfil-VCT

Por todo ello, estaba citado el viernes en el Hospital Transfronterer de Puigcerdà para realizar algunos estudios como la bioimpedancia, mediciones de materia grasa, peso y altura, un ecocardiograma o un electrocardiograma, que se sumaban a los análisis de sangre, saliva y orina que ya me habían realizado anteriormente en Cardia de Girona. Las pruebas duraron una hora y media y como curiosidad me fui con un montón de marcas en los puntos en los que debían volver a medirme la materia grasa tras la carrera.

 foto còpia

El sábado amaneció tapado, desayunamos y junto a Jesús Tenor fuimos a Martinet, de donde la VCT partía a las 8 de la mañana. Justo antes de llegar empezó a llover levemente, lluvia que se mantuvo hasta instantes antes de la salida, en la que decidí quitarme el impermeable. Al contrario que en otras carreras, en los primeros quilómetros la gente salió tranquila y yo, casi sin apretar, me vi entre los 10 primeros, cosa que no me hacía mucha gracia. En la primera subida hasta el Estana no fui con el gas a fondo, pero iba corriendo en la mayoría de tramos y, aún así, me pasó bastante gente que subía fuerte.

Ya desde entonces empezó una lluvia constante que dejó el camino muy muy enfangado y en algunos tramos complicado. Aún así, me sorprendió gratamente ver que el terreno era muy asequible, con subidas que se podían correr en su mayoría de tramos y bajadas no excesivamente técnicas o por pista. Había que cruzar algunos ríos y muchos prados y en general disfruté mucho de un trazado y unas condiciones muy diferentes al suelo pedregoso y árido por el que suelo entrenar.

Llegando al primer avituallamiento, sobre el quilómetro ocho, empezó a llover copiosamente y empecé a tener frío, así que me puse el chubasquero. Aunque no tenía apenas sed, bebí un poco de agua y empecé una larga bajada hasta Bastanist tras la cual me paré unos instantes a quitarme el chubasquero y a esperar a Jesús, que se había rezagado un poco en la primera subida. Me sorprendió ver que en ese corto espacio de gente me pasó mucha gente y que parecía muy muy fuerte, aunque supongo que es normal teniendo en cuenta que corrían la prueba varios corredores semiprofesionales o de gran nivel, como Toti Bes.

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Tras contactar con Jesús iniciamos una larga subida que hicimos casi toda corriendo, pero en la nos seguía adelantando gente, y una intensa bajada hasta Nas, más o menos ya en el quilómetro 25. pese a la intensa lluvia que no cesaba, algunos ratos de frío y el barro, íbamos corriendo muy rápido y con una media de tiempo mucho mejor de la prevista (poco más de 2h45′), pero por contrapartida ese ritmo me castigaba bastante muscularmente. Finalmente llegamos al primer gran avituallamiento, el de Bellver en el km. 33, en el que apenas nos paramos. Cuando estábamos saliendo, nos llaman los de la organización y nos comunican que… la carrera se acaba en Alp!

Tras un primer momento de decepción, lo asumimos con resignación e imaginamos que, con este tiempo, la subida al Cap de Comella (2.000 metros) debe estar muy complicada. Curiosamente, tras salir de Bellver para la lluvia y el tiempo mejora un poco. Nos queda una subida en la que, ésta vez sí, tenemos que andar y puedo recuperarme un poco muscularmente, y hacemos un buen tramo con la primera chica, Olga Mankó, que va muy muy bien. Como suele pasarme en carrera, ya no nos pasa casi nadie y somos nosotros los que vamos adelantando esporádicamente a algunos corredores, aunque imagino que vamos lejos de la cabeza y de los 10 primeros.

Coronamos Font-freda, larga bajada hasta Riu, un bonito pueblo en el que tengo unos parientes lejanos que no veo desde la infancia, y antes un avituallamiento en el que no saben asegurarnos si la carrera acaba en Alp o recortan un trozo. Personalmente, no me quiero hacer a la idea de que se acaba antes para no vaciarme y llevarme un golpe moral importante. Tras una pequeña subida, llegamos a Prats, donde nos confirman que la carrera termina en Alp. Nos encontramos en aquel momento en el que yo empiezo a carburar y pillamos un buen ritmo y seguimos adelantando a gente. Muscularmente voy muy bien, excepto unas ligeras molestias en la espalda, y como sólo quedan cinco quilómetros no bebemos ni comemos. Error.

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El último tramo hasta Alp es plano y lo hacemos muy muy rápido, dándolo todo y bajando de 5′ el quilómetro en algunos puntos. La verdad es que sufro un poco en los quilómetros finales por la velocidad de Jesús y llegamos al 57 en 6h31′ y en la posición 19. Cuando entro en el pabellón, ya me están esperando, me pinchan para sacar sangre y medir el lactato y, sin tiempo para recuperar, estirar, comer ni beber, me suben en un conche de la organización y hacia el hospital, donde me repiten las pruebas del viernes más un análisis de sangre, lactato y recuperación con Compex. Pese a la evidente incomodidad, estar muerto de sed, hambre y lleno de barro, excepcional el trato de la gente del Summit y la amabilidad de los médicos y voluntarios. De momento no tenemos resultados, pero como curiosidad sí que sé que perdí dos quilos respecto al viernes y que el corazón me funciona muy bien.

Personalmente, contento por la experiencia global, por formar parte del proyecto Summit y por nuestra carrera, en la que íbamos muy por debajo de las previsiones de tiempo. Creo que en el tramo final hubiéramos recuperado alguna posición más, pero aún así creo que es una clasificación bastante digna, teniendo en cuenta que en algunos tramos nos esperamos mutuamente y que había un nivel bastante alto de competidores. Creo que la VCT es una prueba muy bonita, bien organizada y con un gran marcaje, aunque fue una decepción que cortaran antes de tiempo. Luego en frío creo que podríamos haber seguido, pero que la organización tiene que pensar en los corredores que van delante, pero sobretodo los de detrás, y que la seguridad va ante todo, por lo que nada que reprochar. Al final, un gran entreno de 57 quilómetros por un entorno precioso y que nos puso a prueba con la lluvia y el barro, pero que nos hizo disfrutar mucho.

Aquí tenéis una cronología via twitter oficial de la VCUF y comentarios de lo que fue pasando el fin de semana.