Material: Las 5 elecciones seguras para correr una ultra

A todos nos ha pasado. En el camino de ir pillando experiencia y adquiriendo material para afrontar nuestras ultratrails o carreras largas de montaña hemos cometido errores y comprado algunas cosas que luego hemos acabado reemplazando por otras más caras y mejores, haciendo un doble gasto. El tema del material para el trailrunning es muy personal y depende de decenas de factores, como nuestro peso y nivel, objetivos, tipo de carrera, horas que pasaremos en ella… Está claro también que es un tema económico y que equiparse desde cero puede ser costosísimo, pero la experiencia me ha enseñado y tengo muy claro que en el material técnico no se puede ahorrar dinero. Y menos cuando a veces va a ser lo único que tengamos ante el mal tiempo, de noche y a 3.000 metros de altura, o teniendo en cuenta que es material que a lo mejor debemos llevar a rastras durante más de 30 horas.

Con este artículo no pretendo sentar cátedra ni decir ‘esto es lo que hay que llevar sí o sí’. Siempre hay alternativas más baratas y que a lo mejor se ajustan más a otro tipo de corredor, pero sí que me ha parecido interesante señalar los cinco elementos a mi entender imprescindibles para una ultra. Los que, de haberlo sabido, me habría comprado desde el principio y me habrían ahorrado diversos gastos intermedios.

Reloj/GPS

Suunto Ambit 2 (precio 549 euros, versión Sapphire)

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Hasta hace poco he sido de Garmin. Empecé con un Garmin Forerunner 310 cuando hacía asfalto y, pese al aspecto tosco y el color naranja, estaba muy satisfecho con su rendimiento. Buena batería, pocos fallos, sencillo e intuitivo… Con el tiempo fui saltando a las ultras y, como tenía la mente puesta en el Ultratrail del Mont Blanc, buscaba un reloj con mucha batería y fiable con el tema de altitudes. Cuando lanzaron el Garmin Fenix no me lo pensé. Me encantaba su diseño y las especificaciones y lo compré el primer día que salió al mercado. Igual ese fue el error, porque al principio me dio muchos problemas, que con las actualizaciones se fueron solucionando, pero nunca he acabado de sentirme cómodo con él. Hace unos meses cambié al Suunto Ambit 2, del que había oído hablar muy bien, y la verdad es que es espectacular: ningún problema o ‘cuelgue’ hasta el momento, pilla los satélites a los pocos segundos de conectarlo, muy rápido en la actualización del track, con lo cual se hace muy fácil e intuitivo seguirlo, facilísimo de configurar… Si a todo esto se le suma una batería de 16 horas (que puede llegar a ser de 50 si reducimos la frecuencia de las actualizaciones), el Movescount y todo lo demás tenemos la apuesta segura en cuanto a relojes GPS para hacer ultras.

Mochila de hidratación

Salomon Advanced Skin S-Lab Hydro (precio 136 euros en Wiggle, versión 5 litros)

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Hay pocas cosas en las que tenga tan pocas dudas como lo que concierne a la mejor mochila de hidratación para ultras. Cuenta la leyenda que el modelo S-Lab nace directamente de las recomendaciones de Kilian Jornet, que empezó a cortar y pegar en una mochila tradicional hasta adaptar una especie de chaleco con todo lo necesario para superar una carrera larga. Aún recuerdo mi primera ultra. La hice con una mochila más bien de excursionismo que tras 18 horas me dejó tremendas rozaduras e incluso un morado a causa del rebote continuado en los riñones. Al día siguiente (bueno, a los dos, porque el día siguiente no me podía ni mover) fui a la tienda y me compré mi primera S-Lab que ya tenía mirada de hace tiempo. No me había atrevido hasta el momento por el precio, pero durante la carrera hubiera pagado lo que fuera por tenerla. Desde entonces, he tenido tres modelos y cada uno es más evolucionado y mejor diseñado. Su punto fuerte, sin lugar a dudas, es su forma y ajuste, en forma de chaleco, que deja los riñones libres y evita rebotes dolorosos. Al principio yo iba con botellas de plástico delante, pero esto también acaba siendo molesto y ha sido resuelto con los soft flasks actuales, donde se puede llevar hasta un litro (además de la camel back). Equipada con todo lo necesario para una ultra (silbato, manta térmica, todo tipo de bosillos…) y con un peso de apenas 720 gramos me parece la apuesta más segura para uno de los elementos más importantes que puedes llevar en una carrera. Para más información, hice un análisis detallado del modelo de 12 litros de la Advanced Skin S-Lab Hydro aquí.

Bastones

Black Diamond Ultra Distance (precio 129 euros en Vertic Outdoor)

Captura de pantalla 2014-02-10 a les 17.07.49Los bastones son aquella típica cosa que empiezas a mirar, ves unos de 130 euros y piensas ‘yo no me gasto eso ni loco’. Pues bien, ya hace un tiempo que tengo unos Black Diamond Ultra y no los cambiaría por nada del mundo. En mi primera ultra realmente larga, el Mític de Andorra, llevaba unos telescópicos normales que costaban de plegar, eran muy pesados y acabaron rompiéndose, aunque por suerte fue en la recta final, a unos 5 kilómetros de la meta. Los bastones no me parece un elemento tan imprescindible para una ultra como lo puede ser la mochila. Yo, en la mayoría de carreras más bien cortas (70-80 km.) no suelo llevarlos porque prefiero correrlas, pero pueden ser un factor imprescindible en carreras muy largas en las que acabarás agotado y andando bastante parte del recorrido final. También son imprscindibles en carreras muy ‘alpinas’ con fuertes subidas o bajadas complicadas. En este sentido, los Black Diamond son espectaculares: ligerísimos, transportables en la mochila cómodamente y facilísimos de plegar y desplegar incluso corriendo. Además, pese a lo que puede parecer, son tremendamente sólidos y difícilmente rompibles si no es que les caemos encima de mala manera. En mi caso el gran test lo pasaron en el Ultratrail del Mont Blanc, donde jugaron un papel clave a partir del kilómetro 120, cuando ya iba muy dolorido de los pies y necesitaba un buen apoyo para evitar caídas en las bajadas. Hay cuatro tallas de van de 10 centímetros en 10 (desde los 100 a los 130) y su peso es de apenas 280 gramos. Sé que hay muchos bastones y que estos son caros, pero son los mejores que he visto con diferencia.

Frontal

Petzl Nao (precio 116,15 euros en Trekkinn)

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La elección de un frontal es una de las que más quebraderos de cabeza puede traer. En mi caso, también aquí pequé de no querer ir a la gama más alta y pasé por las intermedias siendo un verdadero desastre: mi anterior frontal iluminaba muy poco, el ajuste era incómodo, se movía la luz, se te acababan las pilas cuando menos lo esperanas… Al final acabé yendo a parar al Petzl Nao y es una de las mejores inversiones que he hecho en mi vida. Se trata de un frontal con un flujo luminoso de 7 a 355 lúmenes y un alcance que va desde los 9 a los 108 metros. Al contrario que muchos de su especie, cumple con lo que promete y la sensación de iluminación a máxima potencia es alucinante, dando una visión muy global y nítida y evitando el tan molesto ‘efecto tubo o redonda’ que producen algunas de estas linternas. La característica que lo hace único es el reactive lightning, un sensor situado en la redonda superior del frontal que hace que la luz cambie de intensidad en función de si hay luz o no, o si enfocamos cerca o lejos. Eso, que es de una gran utilidad, es a su vez uno de sus puntos débiles cuando se dan circunstancias como niebla o el vaho que produce a veces la calor corporal, ya que vuelve un poco loco al sensor. De todas maneras, es muy fácil cambiar del modo reactivo al fijo y solucionar esta incidencia. El otro punto un tanto débil es la batería, que puede durar entre 3,5 a tope y 8 horas en modo normal, pero de nuevo los señores de Petzl tienen soluciones para todo. Y es que podemos instalar en nuestro ordenador un programa que nos permita configurar los distintos perfiles de uso del frontal y alargar así la duración de la batería (bajando eso sí, su potencia de iluminación). Por último, el frontal permite intercambiar rápidamente las baterías cuando se acaban (para el UTMB yo usé tres, dos de las cuales me prestaron mis amigos) e incluso se le puede poner pilas (eso no lo he probado, la verdad). Si a todo esto le añadimos que, pese a lo que pueda parecer, su sistema de cintas es realmente cómodo y no se mueve ni un ápice, tenemos el frontal definitivo, tanto para entrenos como para ultras.

Camiseta térmica

Lurbel Alaska (precio 39,80 en Triavip)

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Quizás el elemento más sorprendente e inesperado de esta lista. En el mercado hay decenas de camisetas térmicas con unas características muy diferentes: más gruesas, más livianas, con cuello alto, con más peso, para frío extremo, para temperaturas un poco bajas… Va bien disponer de varios modelos y tenerlos como comodín según las circunstancias y el clima que nos podamos encontrar. Yo, por ejemplo, tengo una Under Armour muy muy gruesa y pesada con cuello alto, ideal para días con frío extremo, una Salomon Exo Motion que es cara, pero es comodísima, y una Craft que me regalaron. A a veces lo que hago es salir con una en una carrera o llevarla en la mochila y dejar otra más potente a mitad de camino por si las moscas. Ahora bien, la mejor de largo que he probado en relación calidad-precio es la Lurbel Alaska. Se trata de una camiseta que no llega a los 40 euros y que pesa apenas 108 gramos, ideal para tenerla por si acaso aunque en una ultra no se prevea mucho frío. Con todo, no es una camiseta térmica que proteja poco ya que, por ejemplo, es la que usé de noche en el Ultratrail del Mont Blanc y me fue de coña. Fabricada con la tecnología Dryarn, seca realmente rápido y evita el frío por cambio de temperatura cuando estamos mojados. Además, su nivel de protección es bastante alto (cumple con las exigencias térmicas del feel thermo plus) y es ideal como primera capa ligera y de garantías. Además, una vez puesta resulta comodísima, casi como si no la llevaras, aunque mi único ‘pero’ es que el cuello es demasiado abierto y lo deja muy expuesto. Nada que no se puede solucionar con un buff.

  

Análisis de la mochila Advanced Skin S-Lab Hydro 12 de Salomon

Cuando abrí la segunda y última remesa correspondiente al programa Field Tester de Salomon no pude evitar fruncir el ceño. Uno no puede estar triste cuando le envían un producto Salomon S-Lab, sea lo que sea, y menos una mochila Advanced Skin S-Lab Hydro de 12, pero el problema es que yo a principios de año ya me había comprado la misma mochila, pero sin el sistema de hidratación de los soft flask, para salidas largas y ultras como la del Ultratrail del Mont Blanc.

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Bueno, de todas maneras me tocaba probarla y me producía mucha curiosidad lo de los bidones frontales, ya que cada vez me estoy volviendo más reacio a llevar el camel en carreras: mucho peso, difícil de llenar… El problema de ir con bidones en el pecho es que también pesan lo suyo y, al ser duros, muchas veces rebotan un poco y acaban siendo incómodos. Bien, en este sentido debo decir que el método de la S-Lab Hydro es el mejor que he probado. Los soft flask de medio litro son muy largos, pero no pesan nada y, al ser blandos, no rebotan ni molestan. Cuesta un poco de meterlos en marcha, porque el bolsillo para llevarlos es ajustado, pero debe ser así para que no se muevan en exceso. Además, la mochila viene preparada para llevar camel, por lo que podemos salir tranquilamente a excursiones o entrenos largos con dos litros de agua. Si usáis el camel, recordad limpiarlo bien al principio para quitarle el gusto de plástico, que en los nuevos modelos de Salomon es bastante fuerte.

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Por lo demás, la mochila es visualmente muy parecida a las otras S-Lab, con los tejidos de secado rápido y la malla power elástica. Además, viene con una manta térmica y el silbato, dos elementos que suelen estar entre el material obligatorio de las ultras. También lleva un portador 4D para los bastones, aunque yo ya me acostumbré en el Ultratrail del Mont Blanc a llevarlos atados uno en cada lateral y me fue de coña, no me molestaron nada. El análisis de la mochila podría acabar aquí, sin embargo tiene pequeñas modificaciones de las que te vas dando cuenta con el uso y que me gustaría destacar. De hecho, esto es lo que más me alucina de los productos Salomon y, concretamente de los S-Lab: que como corredor a veces dices ‘sí, este producto es muy bueno y me va perfecto, pero hay un par de cositas que podrían estar mejor’. Y entonces, en la siguiente versión, estas dos cosas están mejoradas y tiene una tercera en la que ni tan siquiera habías reparado. En el caso de la Advanced Skin S-Lab Hydro de 12 la gran y definitiva mejora, a mi entender, son los bolsillos laterales. Tengo ya tres mochilas S-Lab y en la primera, comprada hace tres años, era imposible acceder a los bolsillitos laterales sin quitártela. En la segunda, más reciente y de 12 litros, forzando un poco llegaba. En ambas, la cremallera es horizontal y, en cambio, en este nueva mochila, la cremallera es vertical. El cambio es radical e importante, ya que ahora se puede acceder sin ningún tipo de problema a los geles, barritas o cualquier cosa que llevemos ahí en carrera. Además de ser muy cómodo, es importante para no perder tiempo ni tener que quitarse la mochila cuando corres, algo que me da mucha pereza a veces.

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En lo que concierne al ajuste, los chicos de Annecy han vuelto a tirar por en el Sensifit y en la web hablan del PACE o Progressive Athletic Comfort o Engineering. Vamos, que es muy cómoda. Los sistemas de cordado permiten ajustarla perfectamente al cuerpo de tal manera que no apriete, roce o rebote. Incluso en esto, y ya hablo de sensaciones, creo que mejora la que tengo. Siendo la misma talla, este modelo me queda más corto y no me llega a los riñones, con lo cual noto la espalda más libre y menos cargada. El espacio interior da la sensación de ser visualmente menor, al estar más compartimentado, pero con 12 litros te cabe de sobra material para hacer una excursión larga o para una ultra con mucho material obligatorio, como el Mont Blanc. De hecho, ésta me la he estado llevando a varias excursiones largas con raquetas de nieve y me ha ido de coña. Cómoda, ligera, no se mueve, no roza, fácil de poner y quitar…

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La única pega de este producto es el precio: de entrada puede parecer desaforado pagar 170 euros por una mochila. Ahora bien, es una cuestión de prioridades. Cuando hice mi primera ultra llevaba una mochila ‘normal’ que me fue rebotando levemente y cuando acabé, después de 18 horas, tenía varias rozaduras muy dolorosas y un morado en los riñones producido por el repetido golpeteo. Al día siguiente me fui a comprar mi primera S-Lab y desde entonces no he cambiado. En la elección de las bambas o la ropa hay muchas alternativas y acepto todo tipo de discusiones, pero en mochilas no hay color. Los modelos S-Lab de Salomon son los más cómodos y prácticos. A partir de ahí, vale la pena gastarse ese dinero? Yo lo tengo claro.

Test de material: Salomon S-Lab Light Jacket

Hace unas semanas recibí mi segundo envío por parte de Salomon de los productos para Field Testers. Al abrir el paquete con la ilusión de un niño mis ojos se abrieron como platos. Wow! Una S-Lab Light Jacket! Se la había visto en infinidad de entrenos a Kilian Jornet y me apetecía muchísimo probarla y hacer un review.

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La tendencia del trailrunning hacia el minimalismo está llevando a los fabricantes a crear líneas de ropa que sea superligera, pero que mantengan las prestaciones y comodidad de cualquier cortavientos ‘normal’. Esta chaqueta de Salomon se enmarca dentro de esta categoría y de la apuesta de la marca de Annecy por innovar y buscar productos de altas prestaciones dentro de la gamma S-Lab, en cuyo diseño participan directamente atletas de élite. Lo que más llama su atención es sin lugar a dudas su peso irrisorio, de apenas 70 gramos. Eso la hace ideal para meterla en cualquier sitio y tener un seguro de vida por si salimos y cae un poco de lluvia o bien prevemos que va a cambiar el tiempo, se nos va a hacer de noche… De hecho, su transportabilidad es alucinante, hasta el punto que cabe en una mano y yo la he llegado a llevar… metida en el bolsillo frontal de mis pantalones Twin Skin!

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Muy bien, está claro que es ligera, pero qué tal va de prestaciones? Bueno, su comodidad es sorprendente. Te la pones y parece que no lleves nada, literalmente. El tallaje Active Fit a mi me va de coña y me queda perfecta, ni muy holgada ni estrecha, y visualmente me encanta. Como todo lo S-Lab lleva material reflectante en el pecho y en la espalda (muy importante), y realmente el tejido Climawind Pro se nota. Esta mezcla entre protección del viento y alta transpirabilidad es importante para una prenda destinada a ser una capa ligera y para climas no muy fríos. Pero cuidado, con mi ansia de estrenarla me la puse para correr varios días a las 5,30 de la mañana en los que la temperatura no era muy baja y acabé chorreando. Lo que vengo a decir es que engaña un poco, ya que aunque es ligera, protege muchísimo más de lo que parece y sirve perfectamente para climas algo más fríos. También la he probado un día de lluvia fina y ha pasado el test a la perfección. De hecho, Kilian Jornet la llevó en la Cavalls del Vent 2012, una de las más frías de la historia, en la que 700 de los 1.000 participantes se retiraron y fueron evacuados.

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Las únicas contrapartidas que le veo es que no tenga capucha, algo que piden en el material obligatorio de muchas ultras y que si llevara, permitiría perfectamente usarla en carreras en las que no prevemos una climatología muy complicada. La otra, que no lleve un bolsillito, aunque ya sé que no es el concepto de prenda y quizás complicaría su diseño. Para mi, el modelo blanco es mucho más estético y bonito, aunque tiene la contrapartida que si sudas o se moja vas un poco en plan ‘miss camiseta mojada’, transparentando todo. Pero eso se soluciona cogiendo el negro 😉

A parte de eso, nada más. La S-Lab Light Jacket me parece una maravilla de diseño y de concepto. Una prenda minimalista, ligera y supertransportable, pero que ofrece prestaciones similares o incluso superiores a muchas chaquetas del mercado. Es idónea como complemento a una chaqueta más gruesa y para gente que, como yo, no vivimos en zonas extremadamente frías y no necesitamos ropa muy potente para nuestros entrenos. Ideal para llevar en cualquier sitio y fiable en condiciones ‘normales’. Un acierto seguro, aunque teniendo muy claro para qué sirve y cómo la vamos a usar.

Test de material: Salomon Advanced Skin S-Lab 2 Belt Set

Hacía tiempo que buscaba un cinturón pequeño, muy minimalista, y al final aprovechando mi cumpleaños decidí darme un capricho. Quería algo para mis salidas cortas, de menos de hora y media, en las que necesitas algo de agua, llevar las llaves y, como mucho, algún gel o barrita, y decidí irme a por el mejor. Vaya por delante que el Salomon Advanced Skin S-Lab 2 Belt Set es un producto altamente especializado, para un uso muy concreto, y con unas funciones muy específicas. Se trata de un cinturón muy pequeño y ligero que cumple con eso, aunque no es indicado para salidas largas en las que necesitas mas agua y llevar cargas mayores.

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En cuanto a su diseño, la verdad es que es funcional. La malla posterior de las mochilas S-Lab, muy transpirable y poco dadas a provocar fricciones desagradables, con el tejido ligero e igualmente poroso (pero resistente), por fuera. En los dos bolsillos posteriores viene con la cuerda ajustable para meter los botellines con el agua y en los de delante trae dos bolsillos para llaves, geles u otras cosas, con cremallera, algo básico para mi gusto. Además lleva un doble bolsillo que permite meter algo más de cosas, en caso de necesidad. Lleva dos cierres laterales con ‘crecs’ de plástico que hacen que sea casi imposible que se desenganche, además de sendas tiras para ajustarlo perfectamente a nuestra cintura. Por supuesto, es reflectante y lleva un par más de enganches para colgar con seguridad un impermeable ligero e incluso el dorsal.

El conjunto se completa con un botellín para agua Soft Flask de 237 ml, una cantidad un tanto justa para mi gusto y que casi obliga a tener otro de repuesto. Los Salomon se venden a un precio elevado, de 15 euros, pero hay otras alternativas y yo, por ejemplo, uso uno de 300 cl que me compré en Chamonix cuando hice el Ultratrail del Mont Blanc. Con estos 600 cl voy cubierto de sobras para salidas de 1h15′-1h30′. Para cosas más largas, ya me voy al cinturón más grande. En su favor también decir que el botellín se puede llevar cómodamente en la mano para entenos aún más cortos en las que no queramos llevar ni tan siquiera el cinturón.

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En cuanto al uso, es una verdadera maravilla. Cumple con lo que promete: es ligero, se ajusta bien y es funcional. Casi parece que no lleves nada y por supuesto no tienes rebotes ni golpes en la espalda. En cuanto a la capacidad, es la que es, pero puede servir para carreras como la Transvulcania, en la que hay poco material obligatorio y avituallamientos cada pocos kilómetros. De hecho, estuve experimentando con el material mínimo obligatorio de la salida de Cavalls de Vent y me cabía, aunque llevando el paraviento atado por fuera del cinturón y una botella adicional en la mano.

En lo concerniente al precio, alrededor de 60 euros, pues es caro, la verdad, pero yo soy de los que piensa que prefiero pagar más por algo de calidad y usarlo a gusto, que menos por algo que me convence a medias. El Advanced Skin S-Lab 2 Belt Set es un típico producto de la gama alta Salomon, que a simple vista parece sencillo y algo pasado de precio, pero cuando empiezas trastearlo te das cuenta que está pensado, diseñado y optimizado hasta el último detalle. Para mi es ideal para salidas cortas o en las que tengamos accesos constante a agua y para ultras no muy largas, corribles, con poco material obligatorio requerido y bastantes puntos de avituallamiento.

Test de material: Pantalones Salomon Exo S-Lab Twinskin

«Ah vale, unos pantalones y unas mallas que valen un dineral solo porque los lleva Kilian Jornet», pensaron algunos la temporada pasada cuando Salomon lanzó los Exo S-Lab Twinskin. Sin embargo, cuando los veías de cerca y, sobretodo, los probabas, te dabas cuenta que era algo más. De hecho, mucho más que eso.

En primer lugar, para los no iniciados, no son unos pantalones más unas mallas, sino que son unos pantalones con mallas integradas o unas mallas con pantalones por encima, como quieras. Esto, que puede parecer una tontería, no lo es ni mucho menos. A mi, por ejemplo, no me gusta la sensación de ir únicamente con mallas, pero reconozco que el efecto compresivo que producen es muy bueno para retener la musculatura de la pierna, y más si la malla es de la gama EXO, en forma de retícula y con una sujeción muy buena, sin llegar a apretar en exceso. El hecho que ayuden a recuperar más rápido o no, eso ya no lo puedo asegurar, pero está claro que mal no debe ir.

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A primera vista, el diseño produce una mezcla de curiosidad y asombro, con la parte interna de los pantalones cosida directamente a la malla. Una vez puestos, sin embargo, el efecto visual es perfecto y no se ve la costura interior, sinó unos pantalones con la pequeña malla que asoma debajo. Vale, estéticamente quedan muy bien y dan aspecto de pro, però qué tal la comodidad? Bueno, la verdad es que es excelente. Llevan incorporado un calzoncillo interior, que permite una mayor sujeción, y la cintura es bastante alta, algo que en principio no me convencía, pero que a la larga no se nota porque la sujeción és muy buena, pero sin llegar a oprimir. La principal función de esta cintura es la de incorporar un gran bolsillo frontal y varios en la parte posterior, los cuales permiten guardar geles, barritas o llaves y los convierten en ideales para entrenos algo largos o para carreras en las que no hay que llevar un exceso de material obligatorio. El único pero que le pondría es que, pese a que estos bolsillos cierran y aprietan bien, echo de menos uno con cremallera para guardar las cosas con plena seguridad. Y os lo digo por experiencia, ya que hace poco tuve un buen susto con unas llaves que acabé recuperando, por suerte.

Foto de Ian Corless (Talkultra.com)

Julien Chorier en la Ronda dels Cims 2013 – Foto de Ian Corless (iancorless.org)

Dicho todo esto, está claro que son unos pantalones cómodos, estéticos y con tres o cuatro detalles espectaculares, ahora bien… son duraderos? Bueno, yo hace un año ya que tengo el modelo anterior y les he pegado caña, tanto en entrenos como en carreras. Al principio no me atrevía a usarlos en un ultra, porque tienen pinta de ser frágiles y temía mucho por las rozaduras que suelo tener en la parte interior de los muslos. Pues bien, este año he hecho ya con ellos dos carreras tan diferentes como la Transvulcania (10h17′), con mucho calor, y la Volta a la Cerdanya (6h31′), con agua a mansalva y algo de frío, y me han ido de coña. Tengo alguna rascada en el pantalón exterior y un pequeño agujero en las mallas interiores, pero me parece poco después del tute que les he pegado.

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Superadas las reticencias iniciales, me decidí por repetir con el modelo de este año, aunque lo busqué en negro y en mi talla (M) fue imposible. Según me han comentado en algunas tiendas, Salomon hizo pocas unidades de este color y volaron en pocos días, así que al final repetí con el gris, que este año es un poco más oscuro. También hay algún pequeño cambio en los bolsillos y el tallaje, que es algo más pequeño y se agradece, ya que en el modelo del año anterior la M me iba algo holgada de las mallas y eso que tengo unas buenas piernas.

Llegados a este punto, la pregunta que mucha gente me ha planteado: vale la pena gastarte entre 135-150 euros en unos pantalones de trail? Bueno, eso es muy muy personal y depende del uso que les des. Ahora bien, en mi caso lo tengo muy claro y es casi indispensable tener unos de estos para combinar con otros modelos más ligeros y frescos en verano. La inversión es alta, pero a la larga queda compensada.