Yo sí entiendo los pitos a Giovanni

Desde el lunes se ha podido ver en toda la prensa deportiva una unanimidad total a la hora de condenar los pitos a Giovanni Dos Santos en el partido ante el Rácing de Santander. Supongo que es lo qe queda bién de puertas para afuera, pero no estoy nada de acuerdo con esta lectura. Vaya por delante que soy de los que nunca pitan al equipo en el Camp Nou porque creo que es una cosa que nunca suma, sinó que resta, pero también debo reconocer que algún reniego se me ha escapado y que entiendo que determinada gente se desahogue pitando a algún jugador.

En primer lugar debo decir que la afición del Barça no es tonta, para nada. Los medios muchas veces se creen capaces de manipular el entorno con campañas a favor o en contra de un determinado jugador, pero la gente que va al campo tiene su propia opinión y no es tan fácilmente influenciable. Lo vimos hace poco, en plena dilapidación de Ronaldinho, cuando la grada se hartó de corear su nombre, o más recientemente con Deco. Puede que los aficionados azulgrana sean (seamos) fríos, analíticos o poco dados al ánimo gratuito, pero no son (somos) tontos ni, normalmente, injustos con nadie.

No estoy de acuerdo con la afirmación que no se debe pitar a un jugador por el hecho que sólo tiene 18 años. También por eso es tratado con mucho más mimo y se le permite mucho más que a los demás. Esto no implica que un futbolista pueda hacer absolutamente lo que le venga en gana y buscar, descaradamente, su lucimiento personal por encima del colectivo. Tengo que recordar, porque yo estaba allí, que no hubo ensañamiento con Giovanni, que no se le pitó desde el primer minuto y que no se castigaron sus fallos, sinó su reiterado egoísmo en acciones en las que tenía a compañeros mucho mejor situados y buscó la individual. Siempre he defendido que los jugadores que tienen uno contra uno, deben probarlo aunque a veces eso implique fallar más que los demás, pero todos los que entienden un poquito de futbol saben que no puedes jugártela sistemáticamente y la diferencia que hay entre un desborde para crear superioridad para el equipo y un regate o un disparo para el lucimiento personal.

Giovanni Dos Santos es un caso extraño. Estrella en las categorías inferiores, pasó sin pena ni gloria por el Barça B con el que, no debemos olvidarlo, acabó bajando a Tercera División. Como este año no podía jugar en esta categoría y no quería ir cedido, su entorno apretó para que ingresara en el primer equipo. Su buenísima pretemporada y un Gamper ante el Inter de Milán en el que se salió hicieron saltar todas las comparaciones con Leo Messi, pero creo sinceramente que todo aquello le ha perjudicado seriamente. Tampoco le ha ido nada bién el cambio de representante, ya que ahora sus asuntos los lleva Pina Zahavi, un magnate israelí empeñado en llevárselo a Inglaterra. Haced repaso y veréis que en pocos meses su nombre se ha vinculado al Manchester United y, especialmente, al Chelsea, entrenado por Avram Grant que es de nacionalidad… israelí. Bingo! Yo no tengo la certeza de qué busca exactamente Giovanni y su entorno, pero lo intuyo. Lo que está claro es que su rendimiento está yendo claramente más a menos en los últimos meses imbuido en un egoísmo evidente. No digo que Giovanni sea un mal jugador ni que no pueda llegar a serlo, ya que tiene características interesantes como el desborde y, sobretodo, la capacidad de desmarque vertical, pero creo que coincidiréis conmigo en el hecho que está tan empeñado en hacer la jugada del siglo en cada balón que toca que está perdiendo incluso la capacidad de hacer lo sencillo: dar un pase a un compañero y desmarcarse.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s